¡¡Que ladren!!
Ahora que ya sabemos que en España hay tres derechas, y que las tres son cobardes, el PSOE debería replantearse su estrategia. Ahora que Vox ha puesto de rodillas al PP y a Ciudadanos para cobrarse el precio de su humillación, el ninguneo constante con el que Rivera les arroja su desprecio una y otra vez, no deberían respetarse las líneas rojas impuestas por la derecha. Ahora que, en Andalucía, la violencia machista se llama intrafamiliar y las asociaciones de memoria histórica se quedan sin un céntimo, Sánchez debería sacudirse hasta el último complejo. Bildu es un partido nacionalista de izquierdas, con el que los populares vascos han pactado muchas veces en los últimos años. ¿Qué tienen un pasado? Sí, lo tienen, pero es precisamente eso, pasado. En este momento, Bildu no es ni más ni menos que un partido nacionalista de izquierdas, cuya abstención representa un apoyo mucho menos conflictivo para el gobierno de España que el del independentismo catalán. Y tiene cuatro escaños, que sumados a los seis del PNV, harían posible la investidura de Sánchez. ¿Qué la caverna corrupta, socia orgullosa de la ultraderecha fascista, machista, homófoba y xenófoba, ladrará? Pues que ladre. Ha llegado el momento de que la izquierda trace sus propias líneas rojas, de que pierda el miedo y asuma el poder con todas las consecuencias. La dignidad de la izquierda siempre ha sido distinta de la de la derecha, nunca tanto como ahora, porque la derecha española ya no tiene dignidad. Así que yo no me lo pensaría. Y si los socios de Vox pierden Navarra, mejor que mejor.
Almudena Grandes
|