Imaginate sin miedo…¡sin una pizca de miedo…!,
imaginate centrado…, tu emoción equilibrada…,
imaginate sin juicios…: ni correcto…, ni incorrecto…,
sin vanidades ni apegos…: ¡la dualidad superada!
Imaginate soltando lo que ya no te refleja…,
imaginate dejando muy atrás tu yo anterior…,
imaginate avanzando hacia una nueva conciencia,
que te anticipa vislumbres de una Vida Superior…
Imaginate presente…¡completamente presente!,
imaginate en el centro del péndulo y su vaivén…,
imaginate sereno…caminando entre la gente,
relajado…imperturbable…más allá del mal y el bien…
Imaginate viajando muy lejos dentro de ti,
hasta hallar, estremecido, la pura alegría de Ser…
y una…y otra…y otra vez…, retornando siempre allí,
para sentir esa paz que no se puede entender…
Desde esa calma insondable…, desde ese amor que libera…,
desde esa dulce inocencia…, sabrás sin contradicción,
que la dicha nunca nace de las cosas de allí afuera:
que siempre, invariablemente…¡procede del corazón…!
Jorge Oyanarte
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