Después
No me digas después; después no existe,
y de llegar, tal vez me eludiría.
Ni siquiera soy dueño de este día,
que en parte fue, y en parte se resiste.
El instante nos llama, nos insiste,
replantea la opción, nos desafía;
es realidad, frente a la fantasía
del futurible, por dudoso, triste.
Aprisiona el momento que te ofrece
lo tangible y genuino, y acontece
bajo impulso de mente y corazón.
Mira el reloj, el sol, el calendario,
siempre en fuga, perdiéndose a diario,
malogrando propuesta y conexión.
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