¡¡¡ LA SOMBRA DE LA ARENA !!!
*** Versos de la Rosa***
Engalanado en un soberbio camello muestras el orgullo
señor de la blanca arena que asombra su esfuerzo puro,
océanos de sus dunas blancas hechizado sin la sombra
que ilumina su alimento de palmeras que manan dátiles,
mientras del pozo artesano sacas un agua que da salud
para calmar esa sed de sus camellos que saben beberla.
Los bien llamados libres nobles son el sino de la casta
están siempre encargados de empeñar su guerra santa,
robar caravanas de sus enemigos serán un gran placer
mientras recitan repetidamente las suras de su profeta,
recordando al viento que su dorada arena puede matar
un Beduino que no sabe saciarse del agua de la noche.
La casta de Clérigos o Morabitos instruyen en el Corán
guía espiritual, forjan amuletos y celebran matrimonios,
dan nombre a ese hijo de la estirpe impartiendo justicia
las esposas viajan en literas con arcos de tejido blanco,
solo que padre, su madre y su esposo vean sus rostros
como si los demás fuesen el pecado al mirar su belleza.
Los pastores liberados de cabras y camellos de Tuareg
que trasladan esos ganados en busca de un bien pacer,
liberados de su mestizaje como premio a los guerreros
montando las Jaimas en donde se refugian sus sueños,
para que ese siroco desmedido no ciegue tanta belleza
cuando avienta en su mañana antes de aplanar la duna.
Como sus errabundas hembras que moldean su barro
las mujeres del Tuareg son un primor de hombre sabio,
cosen, lavan, aman, afilan armas, amamantan los hijos
siempre sumisas y silenciosas son princesas del amor,
ciega hembra de la fidelidad pone el orden en su Jaima
utiliza su generosidad como supremo velo de castidad.
Un Tuareg al esposar la esclava sus hijos nacen libres
hasta que su ley del Profeta establezca la misericordia,
el esclavo cuando es libre quiere seguir como servidor
hasta lograr el insigne deleite de encarnarse en Tuareg,
donde comienza esa seria vida con esa naturaleza dura
hasta que el Ser del Tuareg encuentre la leche y la miel.
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
26 de agosto del 2019
Comentario de autor sobre el poema:
La sombra de la arena protegida por las dunas que rizan el mar de tierra, en el inmenso desierto que era antes fronda y selva.
Donde viven los Tuareg, que en caravanas se entregan al caluroso desierto buscando el agua fresca, donde la palmera crece y el pozo quita las penas.
El calor es su cultura y el agua, la recompensa, que más le pueden pedir al Señor de los Profetas.
Los dátiles y la miel esas son su recompensa.
El Hombre de la Rosa