Si sumamos cada año, la humanidad ha producido alrededor de 8.300 millones de toneladas de plástico, la mitad en los últimos 13 años. De ese mar de plástico, solo hemos logrado reciclar un 9%. El plástico es un material sumamente económico, versátil y en su mayoría de uso desechable (se usa unos minutos o unos años, pero al final siempre se desecha). El resultado: hemos generado más de 6.300 millones de toneladas de basura plástica.
Según la científica Jenna Jambeck, más del 75% de todo el plástico se ha convertido en basura. Mientras el crecimiento de la producción y consumo de plástico es gigante, nuestra capacidad de reciclarlo es a cuenta gotas.
¿Por qué en 60 años de inversión y promoción del reciclaje solo hemos logrado reciclar el 9% de todos los plásticos? Porque el reciclaje del plástico nunca ha sido una solución. Decirlo incomoda, pero es cierto.
Existen más de 30 mil tipos de plásticos. Cada uno debe reciclarse por separado. Dependiendo de los químicos adheridos (todo plástico tiene aditivos químicos), la separación deberá ser aún más específica. Por ejemplo, las botellas de plástico deberán separarse de los demás plásticos, pero además deberán dividirse por colores.
Y por sus características químicas, no todos los plásticos se pueden reciclar. Aquellos pocos que sí se pueden, podrán pasar por este proceso una sola vez, por lo tanto su destino siempre será convertirse en desecho. El reciclaje solamente lo pospone.
Por esto, la industria del reciclaje del plástico es un negocio poco rentable, un negocio inexistente. En Colombia la tasa de reciclaje apenas supera el 17% de los residuos sólidos, según el Ministerio de Medio Ambiente y alrededor del 7% es plástico de un solo uso. Asimismo, debemos cuestionarnos las condiciones sociales y económicas de aquellos que se dedican al reciclaje, principalmente mujeres y hombres en condiciones sociales vulnerables en la base de dicho negocio.
Investigaciones recientes de la asociación Arnika de República Checa, la Alianza por la Salud y el Ambiente y la Red para la Eliminación de Contaminantes Orgánicos, descubrieron que cuando se consigue reciclar (producir un producto nuevo de los residuos de otro) el mismo proceso aumenta la presencia de químicos tóxicos para la salud humana y prohibidos por tratados internacionales.
La estrategia debe ser una sola y con mucha fuerza: decir #ChaoPlásticoDesechable. Reducir el consumo es el único camino si queremos ver resultados diferentes. Más de 100 ciudades en el mundo ya han emitido leyes con ese objetivo.
En Francia se prohibió la venta de vajillas de plástico desechable, casi todas de poliestireno; Panamá prohibió el año pasado la entrega de bolsas de plástico desechables; Los Ángeles en California prohibió la venta de productos con microplásticos y la entrega de bolsas; Galápagos prohibió la entrada de pajillas, bolsas, botellas y otros plásticos desechables a las islas. La Unión Europea recientemente emitió una directriz vinculante que obliga a los países parte a emitir las regulaciones necesarias para disminuir el consumo de algunos plásticos desechables (pitillos, bolsas, vajillas, botellas, isopos y otros).
¿Por qué en Colombia se siguen presentando, promoviendo y discutiendo proyectos de ley impulsando el reciclaje para atender el problema de los desechos plásticos? ¿Por qué, mientras el mundo reconoce la urgencia de disminuir el consumo de plásticos, seguimos hablando de reciclaje?
Promover el reciclaje de plástico es una forma de justificar el consumo del mismo, es una forma de mantener el estado de situación actual el cual ha probado no ser suficiente para atender el problema de una forma efectiva. Hablar de reciclaje del plástico es mantener océanos con más desechos plásticos, con menos vida.