LA CARRERA
Era una vez una carrera... de sapos.
El objetivo era llegar a lo alto de una gran torre.
Había en el lugar una gran multitud. Mucha gente para vibrar
y gritar por ellos. Comenzó la competencia.
Pero como la multitud no creía que pudieran alcanzar la
cima de aquella torre, lo que más se escuchaba era:
- ¡Que pena! Esos sapos no lo van a conseguir... no
lo van a conseguir.
Los sapitos comenzaron a desistir. Pero había uno que
persistía y continuaba subiendo en busca de la cima.
La multitud continuaba gritando:
- ¡Que pena! Ustedes no lo van a conseguir.
Y los sapitos estaban dándose por vencidos, salvo aquel
sapito que seguía y seguía tranquilo, y ahora cada vez
más con más fuerza.
Ya llegando el final de la competición todos desistieron,
menos ese sapito que curiosamente en contra de todos,
seguía. Llegó a la cima con todo su esfuerzo.
Los otros querían saber qué le había pasado.
Un sapito le fue a preguntar cómo él había conseguido
concluir la prueba.
Y descubrieron que... ¡Era sordo!
¡No permitas que personas con pésimos hábitos de ser
negativos derrumben las mejores y más sabias
esperanzas de tu corazón!
¡Recuerda siempre el poder que tienen las palabras
que escuchas!
Moraleja, sé siempre SORDO cuando alguien te diga que
no puedes realizar algún sueño.
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(Tony de Mello)