Hagamos un trato
Compañera,
usted sabe que puede contar conmigo,
no hasta dos ni hasta diez
sino contar conmigo.
Si algunas veces advierte
que la miro a los ojos,
y una veta de amor reconoce en los míos,
no alerte sus fusiles,
ni piense que deliro;
a pesar de la veta,
o tal vez porque existe,
usted puede contar conmigo.
Si otras veces me encuentra
huraño sin motivo,
no piense que es flojera,
igual puede contar conmigo.
Pero hagamos un trato:
yo quisiera contar con usted,
es tan lindo saber que usted existe,
uno se siente vivo;
y cuando digo esto
quiero decir contar aunque sea hasta dos,
aunque sea hasta cinco.
No ya para que acuda
presurosa en mi auxilio,
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.
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