Tú y yo inventamos un idioma
de miradas.
Es un idioma increíble en el cual no
se puede mentir,
solo los dos lo conocemos, por lo que
es muy personal.
Te puedo demostrar cuanto te amo,
sin sentirme incomodo.
Me duele mil veces que no me mires,
tu mirada ausente me llama.
Me quedo mirándote fijamente y te amo.
Te amo como los peces a la luna: la miran
insistentemente
toda la noche hasta el amanecer
y no le dicen nada.
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