EL AMOR…
Jamás te avisará en qué lugar te espera
Es la medicina que más necesita la humanidad
Es el mejor antídoto contra la soledad
Le abre las puertas al olvido y le cierra las ventanas al rencor
No hace distinciones de razas ni credos
Desnuda tu corazón y te viste de ternura
Disuelve las penas y restaura sueños rotos
Exalta emociones y fortalece la confianza
No sabe de engaños ni imposibles
Desafía prejuicios y miradas condenatorias
Se apoya en la tolerancia, la fe y el perdón
Sabe de bondad, esperanza y paz
Se deleita con la mirada de un niño
Nos acompaña en todos los caminos que recorremos
No tiene horarios, edad ni límites
Si quieres conocerlo, comienza por “dar”
Tiene tantos rostros que puedes elegir…
Es quien pone en tus manos las semillas que sembrarás
No es patrimonio exclusivo de un vínculo carnal
Te ayuda a ver los pequeños milagros cotidianos
A conocerte a través de la mirada del otro
A enriquecer tu mente y tu espíritu
Con él aprendes a valorar los detalles de la creación
Calma tu ansiedad, tus iras y temores
Te hace sentir poderoso y frágil a la vez
No tiene principio ni fin…
Siempre está dándote nuevas oportunidades
Aun cuando creas que se marcha, regresa con otro rostro