Al cielo.
A donde nos vamos cuando morimos?..
Al cielo – me dijo mamá.
Entonces somos como las nubes?- pensé
Exactamente, nos pasa igual.- me respondió el corazón
Crecí observando las nubes, escuchando a mi corazón.
Un día decidí seguir conversando, con él – si somos parte de la naturaleza, debemos funcionar como ella, en un ciclo. Es así?
Así es- respondió
Cual es el ciclo del alma?
El alma funciona como la nube -me respondió.- toma elementos de la tierra, del aire, de todo
lo que existe, se va formando, va creciendo, y toma diferentes formas y tamaños.
Explícame un poco mas…
Observa, observa un poco mas esa nube… se va formando tomando los elementos que la conforman,
y comienza a viajar… se mueve siempre hacia adelante, aparentemente sin rumbo, pero si con un
destino, y en el camino encuentra una serie de obstáculos, que la obligan a cambiar, a tomar un
rumbo diferente, a soltar carga, a liberarse un poco, a viajar ligera….
Por momentos se vuelve mas densa…y eso esta bien, es natural… sigue avanzando….
empujada por el viento….
Algunas veces su caminar es rápido, otras veces lento…. Pero siempre avanza hacia delante.
Cuál es su destino? Le pregunté
Seguir avanzando, cambiando…. siendo parte del todo…. El alma es como una nube, cambia, crece,
se reduce, se expande, llega a muchos destinos… siempre avanzando, con el tiempo recorre mas lugares
de los que tu y yo podamos imaginar… y en su recorrido, va tomando forma y va ayudando al
crecimiento de otros seres,… a los árboles y las plantas, les da agua, soltando espontáneamente,
lluvia que los fortalece, llena los ríos, que llevan agua a tantos destinos… así es, el alma, a su
paso va ayudando a crecer y dejando elementos que fluyen, hasta llegar a su destino.
Y sigue cambiando, creciendo e-x-t-e-n-d-i-é-n-d-o-s-e…. tanto…..que dejamos de mirarla, pero ahí
está y estará siempre…. Siendo parte de todo y en todo, tan inmensamente grande y ligera, como la
tranquilidad que sientes ahora.
Porqué no podemos mirarla mas?
Porque hemos aprendido a mirar la materia y no el alma.
Pero si tu quieres puedes entrenarte en percibir el alma… tan solo respira, ¿puedes recordar a
una persona que estuvo aquí?,
Recuerdas su materia, su cuerpo, sus palabras, su voz, sus gestos, eso es lo que aprendiste.
Ahora siente la temperatura el aire, los sonidos, la luminosidad,… pon mucha atención a los
sonidos naturales que te rodean, a la temperatura, a la armonía de tu respiración… ¿que percibes?
¿Te das cuenta de la perfección de todo lo que percibes?
Fíjate en las sensaciones agradables que tiene tu cuerpo ahora.
Ahora mira los ojos de la persona a la que recordabas, mira mas profundamente en sus ojos, percibe
su mirada, la luz de su mirada, contáctate profundamente con su mirada, hasta que contactes con
su alma….. tu te vas a dar cuenta de que lo has hecho cuando tus sensaciones corporales sean tan
agradables como las de hace un momento.
Entonces habrás percibido la permanencia y la eternidad del alma. Y sabrás que permanecemos
cuando morimos.
Instituto Milton Erickson de Cuernavaca