De sombras y manos vacías
La luz de mis pupilas se derrama,
cubre las sombras del recuerdo,
se posa sobre la silueta de tu cuerpo
Iluminado todos tus rincones.
Rincones que ocultas de mí.
La luz de mis ojos te ciega,
No deseas reconocerme,
huyes.
Te evaporas con las nubes de la noche,
Nubes negras,
ébano del dolor.
Insisto en iluminar las calles que recorres,
calles con las manchas del adiós.
Mis suspiros delatan el miedo,
terrible miedo de saberte perdido.
La luz de mis ojos
ilumina sendas nuevas.
Desesperada sigo en mi búsqueda.
No he podido encontrar caricias
que sirvan para cubrir el frio mortal
que dejaron sobre mi cuerpo
tus manos vacías.
Carmen Amaralis Vega Olivencia