Peregrino que aun busca la estela perdida en el alborear de una mañana
Con la huella dejada en la punta de un espino
La paz oculta en el humilde repicar de una campana
Y el aroma de las flores que crecen al borde del camino.
Perdido en la emoción de un sentimiento
Que crece cuando la tarde se reviste de ocaso
Y la noche es el inmenso telón del firmamento
Cubierta la luna con un raso. ALBA