¡¡¡ EL TECHO DE MIGUEL ÁNGEL !!!
***Versos de la Rosa***
Capilla construida por el Papa Sixto IV en 1471 y 1484
frescos de Botticelli, Perugino, Signorelli, Ghirlandaio,
con retratos de todos los papas de su Iglesia de Roma
la zona baja de la Capilla Sixtina se acabo el año 1484.
Julio II le ordena a Miguel Ángel que decore este techo
con desazón Buonarroti comienza la monumental obra,
porque creía que sólo serviría como contento del Papa
en el año 1508 él comienza los 1.100 metros del plafón.
Fatigoso fue montar un andamiaje de palos y cuerdas
para después poder alisar de techo con yeso muy fino,
para después plasmar en el yeso las figuras de su arte
cuando de noche pinta con la vela su recrear de genio.
Buonarroti, Rafael, Botticelli pintaron en la parte baja
magnos creadores de la Sede Apostólico del Papado,
pintan criaturas con Salomón del Antiguo Testamento
en el Salón donde se celebran sus Cónclaves Papales.
Como su reloj del arte se para Buonarroti se complace
con todos sus lindos detalles de los techos de su obra,
haciendo sudar sangre al Pontífice Julio II que lo vigila
observando el prodigioso arte que tapan los andamios.
En los preludios del 1512 el genio Buonarroti concluye
abre sus telones al Papa, que alucina con el juicio final,
dejando el artista su milagro de pinceles de virtuosidad
maravillando al Pontífice el arte genialidad de su pincel.
Brota la hermosura eterna de las figuras que lo plasman
escenas de sus protagonistas que hablaban con Jehová,
un arte entregado por la voluntad del Embajador de Dios
cuando su avaricia olvide su arte de las manos sagradas.
Al comulgar te nutres con su cuerpo de Cristo y su trigo
la molienda de las más preciadas espigas crea la harina,
Buonarroti utiliza esa sagrada harina afinando el revoco
para que el techo se ate con la Hostia Sagrado de Cristo.
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
20 de abril año 2020
Comentario de autor:
El techo de Miguel Ángel, es una tarea descomunal, que el Papa Julio II encarga al Artista, para que la Santa Iglesia de Cristo presuma de los ornatos fatuos de una Roma empapada de soberbia inquisidora.
Hermoso es el enorme fresco de Buonarroti, como grandiosa es la obra de la Gloria de Bernini y de las magnificas edificaciones Vaticanas.
Oro para Dios y hambre y virulencia para los pobres.
Ahora que mueren como perros ancianos y viejos cristianos, el Papa y Dios con su absoluto poder, debe hacer desaparecer de la Tierra a los asesinos de la virulenta pandemia.
Así lo pienso y así lo escribo.
El Hombre de la Rosa