¡¡¡ TUAREG !!!
*** Versos de la Rosa***
Montado sobre un soberbio camello muestras tu orgullo
señor de la blanca arena que maravillas de ingenio puro,
océanos de sus dunas blancas hechizadas con su ardor
se iluminan de sortilegio del palmeral que crea sombras.
Vagan desde el manantial de agua al palmeral del Oasis
agradeciendo al Profeta la magnánima suerte de beber,
cuando el Siroco esconde el soplo entre las altas dunas
que asemeja océanos de arenales de oro fino ardientes.
Esperando que el aire de averno puro empuje la arena
para que las altas dunas presuman con su altivez seca,
procurando no borrar las huellas de su primer camello
para que con esta brisa del silencio asome el palmeral.
Estos generosos Tuareg nobles son el pilar de su casta
están siempre encargados de empezar la Guerra Santa,
robar las caravanas de los enemigos es su sumo placer
mientras rezan inclinados a la Meca la Sura del Profeta.
Para después frotarse todos el cuerpo con la fina arena
porque el Tuareg no precisa agua para sanar su cuerpo,
su casta de clérigos o morabitos instruyen con el Corán
a todas sus criaturas les enseñan sus Suras del Profeta.
Guía de su casta, forja amuletos, celebran matrimonios
dan nombre a los hijos de la familia e imparten justicia,
las mujeres montan en literas de arcos de tejido blanco
en medio de la larga caravana cargada de trozos de sal.
Viajando con las cabras y camellos como fieles Tuareg
que trasladan esos ganados en busca de su bien pacer,
prosaicos con mestizaje con prestancia a los guerreros
montan esas Jaimas en Oasis donde crecen los dátiles.
Manjar que semeja la gracia de leche y miel del Profeta
donde el recaliente Siroco semeja la protección de Ala,
sus más preciadas hembras saben cómo cocer el barro
sus mujeres del Tuareg son el primor del hombre sabio.
zurcen, lavan, aman, afilan armas, amamantan sus hijos
siempre sumisas y silenciosamente princesas del amor,
poderosas patronas y consortes de toda preciada jaima
saber encadenar su afecto y el amor de su amigo y amo.
El Tuareg al esposar una esclava los hijos nacen libres
hasta que la ley del Profeta establezca su misericordia,
un esclavo al ser redimido quiere seguir como servidor
hasta tener un insigne deleite de encarnarse en Tuareg.
Centinela del honor de su casta en dominante juramento
siendo su camello y la descendencia la posesión amada,
encuentra su placidez con la simpleza de su hacer diario
porque mece su alma pura sin las sombras de las dunas.
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
23 de abril año 2020