VASO DE CICUTA
Tres pasos sin voltear la mirada,
Y quedó mi espíritu sin fuerzas,
Atravesaron surcos en mi rostro,
Envejecí de pronto
y casi sin alma proseguí mi camino.
Seca, fría, inerte.
Tres pasos en reversa,
y toda una vida
se acomodó en mi cajita de bronce y ébano.
Ébano negro como el dolor de ausencias.
Ausencias para siempre.
Tres pasos y me bebí tu adiós
en un vaso de cicuta fresca.
Solo espero que el cofre de ébano florezca.
Carmen Amaralis Vega Olivencia