TU EN MI
Yo estuve nueve meses en ti, y como ave fabricando el nido, me brindaste la casa de tu cuerpo, donde solo sentía el río de tu sangre correr presuroso, hacia ese lugar escondido done manaba la fuente de tu ternura. la nana de un tic tac, fue mi primera canción de cuna, hasta ahora se que era el aplauso festivo de tu corazón. Flotando en apacible remanso de tu vientre, un lazo bordado de suspiros, me conectaba con tu alma, poco después abriste la puerta para que pudiera ver el camino que me tenías preparado y al verlo, nos obsequiamos una dulce lagrima: la tuya, perlada de ternura infinita, fue un saludo de bienvenida, la mía, fue el inmenso temor de separarme de ti, el abrazo cálido con que rodeaste desde ese momento mi vida, fue suficiente para saber que nunca estaría sola. Y empezamos a caminar con nombres nuevos; mamá e hija. Tomadas de la mano de Dios, llegamos a casa: tus ojos eran mi luz. La guía para recorrerla, tus palabras. Las huellas de tus pasos por los que yo debería seguir y no perderme, tu vida. Y desde siempre me enseñaste, maestra mía, que nunca debería mirar atrás, porque ibas a mi lado, y solo en el momento en que el sueño nos venciera, en la oscuridad de la profunda noche, la estrella que nos unió brillaría con toda la fuerza de un eterno amor. ALBA