AL RUEDO DEL ABISMO
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Yo, sumida en tus ojos almendrados
tú, viendo mis caderas torneadas
dos fuegos en celajes inventados
entre profundidades endiabladas
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Yo ofreciéndote cielos estrellados
tú, ofreciendo tu ardor en llamaradas
y en nuestros horizontes enredados
se encrestaron espumas inflamadas
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Y se cabalgó en vértigo brumoso
como febriles caballos sudosos
desajustando bridas de pasión
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Y al ruedo del abismo incandescente
cubiertos de arrebato inconsecuente
¡Se despeñó con humos de tizón!
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Beatriz Vicentelo
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