NO PUEDO ZAFARME
No sé lidiar con los reclamos.
Son alfileres que se cuelan por la sangre,
llegan al corazón.
Se levantan voces inconformes,
desean el camino de pétalos,
necesitan bailar con las ninfas en la gloria,
con los elfos en el sanedrín.
Las vírgenes y los arcángeles ríen de los reclamos,
Saltan las imágenes de rostros airados,
Unos felices, otros desdichados.
La tarea de controlar al destino
me asfixia, y duele.
No se lidiar con la ira ajena,
me toca con uñas afiladas.
Ahora tengo yo la vara que decide,
No me encaja el vestido de juez y fiscal,
de madre soñadora,
de verdugo cruel.
Todo arremolinado en mi cabeza,
La conciencia palpita,
no quisiera tomar la cicuta del deber,
pero no puedo zafarme,
es el precio que debo pagar.
Carmen Amaralis Vega Olivencia