Al comprender
Anocheciendo fue de la raíz la vida,
singular creación de tal simpleza,
por su tallo trepando la belleza,
en esa unión que universal, convida..
El convite, larga espera del destino,
tergiversó los cauces transitados,
amó sin comprender tanto entregado,
al ver entre su tallo el desatino...
Amó el aire, la luz, la letra, el sino,
el lento caminar de las estrellas,
la vida por vivir sin las querellas,
los hechos sin salvar por el camino..
Amó al entregar tan dulce beso,
que hiciera temblar al universo...
Callaron las estrellas cuando inmerso
lo vieran entre ruinas tan poseso.
Sin embargo amó desde el mar hasta los montes,
en planicies cenicientas o verdeantes,
en sollozos presentes y llameantes,
tan solo por ser parte de horizontes....
Quien ama así, desde el alma, por el alma,
en eternos, bendecidos campanarios,
sostendrá su sitial de abecedarios,
en el cofre universal de toda calma..
María Marta Britos.