La Revolución de Octubre, el más trascendental acontecimiento en la historia de la humanidad, se conmemora cada 7 de noviembre, fecha que coincide en el calendario juliano con el 25 de octubre.
La Revolución de Octubre, el más trascendental acontecimiento en la historia de la humanidad, se conmemora cada 7 de noviembre, fecha que coincide en el calendario juliano con el 25 de octubre. A cien años después de aquel acontecimiento el espacio televisivo Mesa Redonda de este lunes 6 de noviembre puso en contexto el impacto de aquel acontecimiento para el mundo y para Cuba.
Vladimir I. Lenin: “¿Qué es el poder soviético? ¿En qué consiste ese poder que no quieren comprender aún la mayoría de los países? Su esencia consiste en que el estado era gobernado antes por los ricos o los capitalistas, mientras que ahora lo gobiernan por primera vez, y en masa, precisamente las clases a las que oprime el capitalismo. Mientras exista la dominación del capital, mientras la tierra siga siendo propiedad privada, el estado lo gobernará siempre, incluso en la república más democrática y libre, una pequeña minoría integrada en sus nueve décimas partes por capitalistas o ricos. Por primera vez en la historia el poder ha sido organizado de modo que solo obreros y campesinos constituyen organizaciones de masas, los soviets, a los que se transfiere todo el poder. Esa es la causa por la que la palabra Soviets no solo se ha hecho comprensible en todo el mundo, sino popular. El poder soviético es el camino del socialismo, un camino seguro e invencible”.
La doctora en filosofía Isabel Monal Rodríguez refirió que la Revolución de Octubre abre una nueva época en la historia de la humanidad, y es quizás el acontecimiento más importante de la historia, porque las revoluciones anteriores siempre cambiaron un grupo de explotadores por otro, aunque eso implicara un paso de avance. Con la Revolución de Octubre la lucha porque se acaben los explotados y los explotadores abre la perspectiva hacia la eliminación de la explotación de grupos de hombres viviendo de otros hombres.
Las teorías de Marx y Engels, la experiencia revolucionaria de la Comuna de París, la Revolución burguesa de 1848, fueron elementos que según Isabel Monal enriquecieron a la Revolución de Octubre y comentó que los grandes marxistas como Lenin, Rosa Luxemburgo, Fidel Castro o Che Guevara lo que hicieron fue modificar lo que fuera necesario modificar, a veces porque hay errores de interpretación o porque la realidad cambió, porque lo que fue válido puede dejar de serlo.
Respecto a la idea de que la Revolución debía triunfar al mismo tiempo en todos los países de Europa y que debía comenzar por el eslabón más débil de la cadena explicó que la Revolución se debía dar en una misma época, en una misma situación que debe ser más o menos común a una serie de países. En el prólogo al Manifiesto Comunista de 1882, Marx y Engels expresaron que el proceso podría comenzar con una Revolución en Rusia. Si triunfaba el proletariado podría triunfar el desarrollo de las fuerzas productivas.
Según la ensayista Monal Rodríguez los marxistas del siglo XX reconocen que la guerra podía crear las condiciones para la Revolución. Marx y Engels vivieron sin saber en qué consistiría el nuevo estado. Ellos aprendieron que primero había que tomar el poder, después romper la maquinaria y sustituirla por otra que desconocían. Lenin en 1905 se da cuenta de que los Soviets puede ser la solución.
Definió que las Revoluciones si son verdaderas tienen que ser creativas, porque las circunstancias no son iguales, constituyen un proceso permanente de enriquecimiento, la teoría no permanece intacta en un nirvana, impoluta y perfecta. La Revolución de Octubre enriquece las teorías del Carlos Marx, las desarrolla.
Para Fidel la alternativa no está solo en distintos objetivos de acuerdo con las circunstancias de los países, sino que los procesos también son alternativos, ninguno es igual que otro, pero todos ayudan. El movimiento latinoamericano actual aprendió de la experiencia de Allende, Evo aprendió de Venezuela y Venezuela de Cuba.
Para Isabel Monal sin el genio político y revolucionario de Lenin la Revolución de Octubre no hubiera llegado al poder, ni habría triunfado. Lo mismo pasó en la Revolución Cubana, sin el genio de Fidel no se hubiera llegado al poder. Sin embargo, las revoluciones no se hacen por un solo hombre. En la Revolución de Octubre está el partido bolchevique y las grandes masas. Lenin se rectificó a sí mismo en varias ocasiones, cosa que se puede apreciar en sus apuntes, lo que significa que aprendía en dependencia del momento y de otras personas. Por ello se puede ver el surgimiento del Marxismo-Leninismo como una teoría inacabada, que se enriquece sino no fuera dialéctica y estaría fuera de la realidad por completo.
En el momento en que triunfa la Revolución de Octubre se muestra un desbordamiento de revoluciones en el mundo, la salida de grandes dirigentes, se generaliza el Marxismo-Leninismo en países donde se han creado las condiciones objetivas y subjetivas. Producto de ello surge la III Internacional que ayuda a Lenin a unir la lucha social de clases con la lucha de liberación nacional en una concepción que puede impulsar los movimientos revolucionarios. Lenin enriquece su concepción con el intercambio y el diálogo con otros líderes del mundo.
La doctora en filosofía Isabel Monal Rodríguez refirió que la Revolución de Octubre abre una nueva época en la historia de la humanidad
La Revolución de Octubre en la Cuba de principios del siglo XX
En cuanto al impacto de la Revolución de Octubre en América Latina y en Cuba, la doctora Francisca López Civeira, profesora titular de la Universidad de La Habana, reflexionó que a principios del siglo XX en Cuba había poca radiodifusión, predominaba la prensa escrita y el 39 % de la población era analfabeta. Se produjo el alzamiento de la Chambelona. Pero no se puede decir que de inmediato hubo una gran efervescencia con el triunfo de la Revolución de Octubre porque no era posible. Tan temprano como en el mismo noviembre de 1917 en Cuba ya se ve con aversión lo que estaba sucediendo en Rusia y hay indicaciones de Estados Unidos a Cuba sobre cómo debe actuar.
La prensa de aquel momento no tenía idea de qué estaba pasando en Rusia. Un periódico de La Habana refiere que “el señor bolchosqui, jefe de los Trostky”, lo que denota que no tenían un conocimiento claro de lo que sucedía. El Diario de la Marina, se referían a Lenin como Lenine. En una ocasión en sus páginas se redactó:
“hay que ver el desparpajo con que se viene llamando Lenine discípulo de Carlos Marx, no lo es ni de las primeras, ni de las últimas y más avanzadas enseñanzas de ese socialista e internacionalista alemán. No se viste Lenine con las gafas científicas y literarias de Marx. Los bolcheviques no son socialistas, sino anarquistas”.
A los bolcheviques le llamaban maximistas, maximalistas, lo representaban como osos, los ponían a pelear en caricaturas por una manzana. Según Paquita López Civeira la prensa ilustraba un panorama errado, mostraba la leyenda negra de la Revolución de Octubre: la esclavitud, el trabajo forzado, la represión, las mujeres como propiedad nacional, pérdida de la patria potestad. Argumentos que demonizaban a la Revolución de Octubre. Añadió que se decía que los bolcheviques tenían una teoría disolvente, viciosa, terrible, que no podía ocurrir y que había que tratar de evitar.
Por otra parte, mencionó que en la Revista Cuba Contemporánea entre 1917 y 1919 aparece un grupo importante de artículos sobre la Revolución de Octubre. Uno de ellos habla de “la pobre Rusia atormentada” y alega que “es uno de los fenómenos más estupefacientes de toda la historia universal”. También dice que “el hecho ruso será considerado con posterioridad como el más formidable, el caso de Rusia en sí mismo genera un sueño, el paso brusco y sin transición de la autocracia a la democracia, a la plenitud de la vida para todos”. Después de esos elogios se sentencia en la revista: “por salirse tan completamente de lo real no puede durar mucho”.
Comentó que otros artículos referían la necesidad de crear en Cuba una legislación adecuada para solucionar el problema obrero y otras medidas para evitar que en Cuba se dé la insubordinación y la subversión. Y otros propusieron que “al socialismo como teoría económica hay que ponerle dique para que nunca llegue a formar partido político”.
En cuanto al impacto de la Revolución de Octubre en América Latina y en Cuba, la doctora Francisca López Civeira, profesora titular de la Universidad de La Habana, reflexionó que a principios del siglo XX en Cuba había poca radiodifusión, predominaba la prensa escrita y el 39 % de la población era analfabeta.
Anunció que, sin embargo, la revista de la Facultad de Derecho tiene en uno de sus números de 1918 algunos artículos que hablan de la admiración por la Revolución de Octubre, algunos periódicos como El Mundo también publica algunos artículos favorables al hecho. Dentro del movimiento obrero existieron contradicciones también, los anarquistas saludaron la Revolución de Octubre, pero no aceptaban la creación de un estado. El primero de mayo de 1919 en el teatro Payret se colocó una bandera roja al lado de la cubana, en Santiago de portó la bandera de la hoz y el martillo, y el Congreso Nacional Obrero de 1920 envía un saludo a la Rusia soviética. El Congreso Estudiantil liderado por Mella también envía un saludo a la Rusia soviética.
Mella quien a la muerte de Lenin escribe de su grandeza, de las fases de la Revolución que son la idea y la acción. Mella plantea: “no pretendemos implantar en nuestro medio copias serviles de revoluciones hechas por otros hombres en otros climas, pero seríamos ciegos si negásemos el paso de avance dado por el hombre en el camino para su liberación”.
Rubén Martínez Villena habla también de la Unión Soviética como “revolucionaria, comunista, propulsora de la justicia social” y la vincula con el antimperialismo. En Las contradicciones internas del Imperialismo yanqui en Cuba y el alza del movimiento revolucionario: “Las banderas rojas izadas a hurtadillas y en la noche sobre las chimeneas de los centrales son los heraldos de otra bandera igual que será izada a pleno sol y flotará en definitiva sobre las torres de todos los centrales, los ojos de hoy no serán viejos cuando contemplen esa maravilla”.
La tradición comunista en la universidad cubana
En aquellas condiciones Lenin crea la Nueva Estrategia Política y Económica sin perder la perspectiva histórica de la transformación. En cada proceso revolucionario no se puede perder de vista las condiciones en que se desarrolla.
El doctor Rafael Emilio Cervantes Martínez, director de Marxismo-Leninismo e Historia del Ministerio de Educación Superior (MES), refirió que los profesores del MES se sienten muy identificados con la tradición comunista.
Señaló que pensar la Revolución de Octubre desde los desafíos emancipatorios del mundo de hoy coloca al claustro como herederos de la tradición comunista, una idea que puede inspirar a los revolucionarios de todos los lugares del mundo, al ser un acontecimiento descomunal que planteó la emancipación social y nacional en condiciones complejas. La Revolución de Octubre demostró el potencial creador del marxismo.
Analizó que si pese a todos los errores ese país alcanzó todas las conquistas a las que llegó, convidó a imaginarse el camino que pudo haber tenido si hubiera tenido un camino de socialización, de participación, de democratización, de liberación de las fuerzas productivas y culturales del país. Esta fue una Revolución contra el dominio del capital a nivel mundial. Está hecha en la fase imperialista del capitalismo. Fue antimperialista y orientó a todas las corrientes venideras de antimperialismo de todos los pueblos que han hecho revoluciones posteriores.
En aquellas condiciones Lenin crea la Nueva Estrategia Política y Económica sin perder la perspectiva histórica de la transformación. En cada proceso revolucionario no se puede perder de vista las condiciones en que se desarrolla.
Citó a Fidel Castro cuando el 28 de enero de 1990 en el teatro Karl Marx dijo en el discurso de clausura del XVI congreso de la Central de Trabajadores de Cuba: “Aquí no sentimos vergüenza de hablar de Lenin y enaltecer a Lenin; cuando otros andan quitándoles el nombre de Lenin a calles y parques, y arrancando estatuas de Lenin, de Marx, y de Engels, aquí las construimos no de mármol, ni de bronce, ni de acero, las construimos con nuestra conducta revolucionaria, con nuestro heroísmo, con nuestra posición digna, con nuestras convicciones profundas, elevando más que nunca las banderas del marxismo-leninismo, del socialismo y del comunismo”.
Según Rafael Emilio Cervantes la universidad cubana de hoy asume el proceso con la nueva generación de planes que incluyen un perfeccionamiento de la enseñanza del marxismo-leninismo y de la historia de Cuba. La intención es ir al espíritu originario del marxismo. Algo motivante en ese sentido es la actualización del modelo económico cubano, del socialismo en Cuba, del cual se ha hecho una construcción colectiva del socialismo cubano que se presenta como no acabado.