Rebecca Solnit: “La pandemia es anticapitalista, nos enseña otras maneras de vivir”
La autora de 'Los hombres me explican cosas' y 'Wanderlust' presenta un nuevo ensayo sobre las ventajas de salirse del camino, en sentido real y metafórico
Pese a haber sido una de las firmas más destacadas de la revista Harper’s, Rebecca Solnit (Bridgeport, Connecticut, 59 años) prefirió no firmar el polémico manifiesto contra la “intolerancia” del activismo progresista publicado en la cabecera estadounidense. “Es un cúmulo de declaraciones vagas que parecen defender la libertad de expresión. ¿Y quién no está a favor de la libertad de expresión? En realidad, lo que defienden es una expresión sin consecuencias para aquellos que hace tiempo que gozan de esa libertad”, responde desde su casa en San Francisco. La ensayista, convertida en referente del feminismo desde que publicó Los hombres me explican cosasen 2014, regresa ahora con Una guía sobre el arte de perderse (Capitán Swing), donde recuerda las ventajas de salirse del camino y deambular por territorios que no aparecen en los mapas, tanto en el sentido literal como en el figurado.
Una década después, Solnit se siente bastante más optimista, pese a la violencia de los backlashes, esos contragolpes misóginos incentivados por “supermachos como Trump, Putin o Bolsonaro”. “La protesta civil no es un acto matemático de causa y efecto. Sus resultados son difíciles de cuantificar, pero de repente puede surgir una Greta Thunberg de la nada, una Primavera Árabe, un movimiento como Black Lives Matter”, asegura. Respecto a este último, pronostica que tendrá “las mismas consecuencias que el MeToo”: será un cambio cultural que se lo llevará todo por delante. Aun así, le preocupa el desvío transexcluyente de parte del feminismo, que cuenta con portavoces tan escuchadas como J. K. Rowling. “Desvía la atención respecto a la amenaza real para las mujeres, que es el patriarcado. La amenaza no son las mujeres trans, sino que haya una violación por minuto. Las mujeres trans son mujeres”. Ella cree en un feminismo interseccional, que también hable de raza y de clase social, y aboga por los frentes comunes. “Mis derechos no se ven perjudicados por los que puedan conquistar otros grupos. Al revés, la cultura queer me ayudó a liberarme como mujer al flexibilizar la noción de género. Y al revés: si hoy existe el matrimonio homosexual también es gracias al feminismo, que redefinió esa unión como una relación negociada entre iguales”, sostiene Solnit.
En su ensayo Un paraíso construido en el infierno, que publicó tras el desastre del Katrina, la autora defendía las oportunidades que se abren en los momentos más oscuros. La actualidad merecería que escribiese un nuevo epílogo. “Los desastres abren posibilidades. No puedo celebrar la pandemia, porque mucha gente lo ha pasado muy mal, pero nos ha quitado la vieja excusa de que no se pueden cambiar las cosas. Estados Unidos se sacó tres billones de la manga para reactivar la economía y las emisiones globales han descendido un 17%”, recuerda Solnit. “En mi país puede hacer aumentar la conciencia de que necesitamos una cobertura médica universal y un ingreso mínimo vital. Por eso, la pandemia es anticapitalista, porque nos enseña otras maneras de vivir”.