Muchas veces
creemos que estamos orgullosos de nosotros, pero no siempre es cierto. Y
desgraciadamente, nos damos cuenta de la peor manera, que no nos damos
nuestro lugar. No dejes que nadie te controle, no dejes que nadie te
diga que hacer, ni que pensar, ni a quien le puedes hablar. No dejes que
tu vida dependa de alguien más, no pienses que tu vida es otra persona.
No te estregues por completo a una persona hasta que sientas que ella
se entregó a ti.
No ocultes la
verdad, recuerda que quien lo siente, lo sabe. No ilusiones a personas
que de verdad tienen un sentimiento hacia a ti, podrías no dejarlas
valorarse a ellas mismas por andar tratando de conseguirte. Toma en
cuenta las opiniones de lo demás, todos son especiales a su manera.
Valora cada
detalle que te da la vida, una sonrisa, una amistad. un abrazo, una
lágrima de felicidad, un corazón para amar… Nunca guardes rencor a
nadie, no sirve de nada guardar cosas innecesarias dentro de ti. Nunca
digas que no eres suficiente para alguien, si quieres a una persona
lucha por ella, y no la dejes ir, pero no olvides que también hay
personas que no valen la pena, si decides estar con esa persona es
porque sabe lo que eres y está de acuerdo en todo lo que tienes, y te
sabe valorar.
Ríe, llora, ama, disfruta, abraza la vida, porque sólo hay una… Valórate a ti mismo, valorando a los demás…