Hace unos días un desconocido atacó con un destornillador a un sacerdote en la provincia de Guayas (Ecuador) y tras maniatarlo registró la casa y la parroquia para llevarse unos tres mil dólares entre dinero y objetos de valor como dispositivos electrónicos.
Según informa el diario El Universo, la víctima del ataque y robo ocurrido el fin de semana fue el P. Manuel Valero, sacerdote diocesano de 50 años de edad que sirve en la iglesia Nuestra Señora del Carmen, ubicada en el cantón Daule en el sector Banife, provincia del Guayas.
“De acuerdo a la versión del religioso, un sujeto llegó al sitio preguntándole por otro sacerdote. Le iba a brindar un vaso con agua cuando en un descuido el delincuente entró al inmueble bruscamente”, indicó el diario ecuatoriano.
El agresor le hizo al menos cinco cortes al sacerdote, al que luego ató para registrar todo el lugar. Tras liberarse, el P. Valero denunció lo ocurrido a la Policía.
El Arzobispo de Guayaquil, Mons. Luis Cabrera, indicó a ACI Prensa este jueves 10 de septiembre que conversó con el sacerdote y le pidió “que se internara para un tratamiento, pero se vio que no hacía falta porque los cortes no eran muy profundos”, sin embargo el P. Valero “no deja de estar un poco preocupado por la forma tan agresiva en que fue atacado”.
Mons. Cabrera informó que al lugar “llegaron varias autoridades, entre ellos la policía y con los datos que dio el padre han comenzado a investigar el paradero del delincuente para ver las posibles sanciones penales que se podrían aplicar”.
Sobre este tipo de ataques, el Arzobispo comentó que “no es tan habitual pero esporádicamente se ha dado. Los sacerdotes estamos expuestos a cualquier tipo de agresión física o verbal, digamos que es parte de nuestra misión”.
El Prelado dijo a ACI Prensa que “en los últimos años han entrado a robar. En varias capillas desconocidos han cometido sacrilegios con copones con la Eucaristía”.
Mons. Cabrera aconsejó a los sacerdotes que traten de “no estar solos, ya que es bueno contar la presencia y compañía de personas de confianza, familiares y amigos”.
Finalmente pidió a los fieles “el favor de estar más atentos a sus sacerdotes, que se preocupen de sus necesidades y de su seguridad. Con eso los cuidamos y podrá ser más fácil afrontar este tipo de realidad o al menos prevenirlas en caso hubiera una oportunidad similar”.
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MACHI V