POEMAS DE LA PARTIDA
I
Mueren mis ilusiones
como muere mi vida,
lentamente,
irremediablemente.
Celebramos el paso del tiempo cada año.
Sin darnos cuenta que estamos celebrando
la llegada de la muerte, realmente.
Misteriosa cita inexorable
que nos envuelve
y nos llena de una magia presentida,
como una danza lenta
que nos lleva necesariamente
a salir del escenario.
A veces no nos da tiempo a pensar
en las cosas más queridas,
aquellas a las que nos hemos apegado
durante tanto tiempo
y que creemos nuestras
y que llamamos nuestras
en la ilusión equivocada
de que poseemos algo,
alguna vez.
Se pierden los latidos
y el ritmo se hace lento
y cargado de nostalgia,
como un mirando atrás
para pensar en lo que una vez soñamos
con una sonrisa entretejida
y un gesto suave
al apretar el puño
en señal de decisoria voluntad.
Ya no hay nada que hacer.
Tan sólo enmudecer,
quizás algún saludo
y marchar agradecidos
de las cosas recibidas
y las cosas aprendidas.
Es la muerte un descanso necesario,
el alivio despues del ejercicio,
la siesta al mediodía,
para volver a luchar
al regresar un nuevo día.
Volvemos como retorna el verano
a calentar la tierra.
Regresamos a habitar un cuerpo
en otro tiempo, en otra tierra
y en otra circunstancia.
Como una nueva leyenda
o un nuevo mito
o una nueva historia sagrada,
en la que el alma
cantará nuevas canciones
y conocerá nuevos amores.
¿O acaso sean los mismos transformados
con palabras nuevas,
promesas similares
y la larga nostalgia del recuerdo
cayéndonos gota a gota
en la conciencia?
Tan cierto he de volver
como cierto me he de ir.
Se va el siglo
como se va mi vida
en la elegancia personal
de la conciencia crecida.
¿Habré amado suficiente?
¿Habré aprendido a perdonar?
¿Recordaré la heredad de mi Padre
que me fue asignada desde el comienzo
del largo fluir que hemos nombrado tiempo?
Se cierran mis ojos cada año
en la celebración mundana de diciembre,
mientras crece mi alma
ante el amor que la abraza
y la llena de paz ante la circunstancia
de que se aleja el amor...
y con él marchamos los viajeros
de la jornada que está por terminar.
Rafael de Js. Vásquez G.
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR
MACHI V