¡QUE BUENO!
¡Qué bueno!
que no tengo que escribir
tratados demasiado lógicos
ó frases muy profundas
ó pensamientos muy asombrosos
para llegar a Dios.
Hay una sencillez inusitada
una tranquilidad de sonidos
una sonrisa interior que no se apaga
que me lleva directo
hasta sus pies
Es un canto de notas simples
con silencios prolongados
de ritmo suave y de adagios largos
lo que me lleva
hasta Su Amor.
¡Qué bueno!
que sólo cierro los ojos
y habito en Su Corazón.
Comprende mis limitaciones,
mis pasiones bastardas,
mis penas infectadas de deseos,
esos pasos inciertos
que creemos tan importantes.
Hasta sonríe ante mis lágrimas egoístas
¡Qué bueno!
que sólo cierro los ojos
y habito en Su Corazón.
Rafael Vásquez G.
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,
MACHI V