En el 45º aniversario de la salida de la administración española y su entrega a Marruecos y Mauritania. El ejército marroquí ha entrado en una zona controlada por el Frente Polisario para disolver una protesta saharahui y desbloquear el acceso por carretera a Mauritania. Es el penúltimo episodio de un conflicto enquistado y de compleja solución.
El 30 de octubre el Consejo de Seguridad de la ONU emitió un voto favorable para prorrogar por un año más la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (Minurso), establecida en 1991 tras el alto el fuego suscrito entre las dos partes que se disputan este vasto territorio, el último de África pendiente aún de culminar su proceso de descolonización.
El tránsito de camiones marroquíes por una carretera que une la zona desmilitarizada más meridional y fronteriza con Mauritania, avivó las protestas del Frente Polisario, el legítimo representante del pueblo saharahui ante Naciones Unidas, que desembocó en el bloqueo por parte de civiles saharahuis de un paso fronterizo que el Polisario considera ilegal, como ya ocurriera en 2017.
Desde entonces la tensión ha vuelto a aflorar en el Sahara Occidental. La crispación en El Guerguerat ha culminado finalmente con la entrada del ejército marroquí en la madrugada del 13 de noviembre. Ha habido disparos, al parecer solo al aire, y los civiles saharauis han podido evacuarse antes de entrar en contacto con los militares marroquíes. El Frente Polisario advierte de la inminencia de la reanudación del conflicto armado en la región.
La situación en El Guerguerat
"Es una brecha que se construyó en 2001, diez años después del alto el fuego, y supone una violación flagrante del Acuerdo Militar n.º 1. La ONU en 2001 apercibió a Marruecos para que la abandone. Pero no solo no la ha abandonado, sino que la ha convertido en una carretera que une el territorio ocupado con Mauritania", explica a Sputnik Abdulah Arabí, delegado del Frente Polisario para España.
"Nosotros tuvimos éxitos jurídicos en la parte marítima acudiendo al Alto Tribunal de Justicia de la UE, así que Marruecos intentó contrarrestarlos en la vía terrestre. Y por ahí se llevan el pescado, los fosfatos y la arena", añade.
El diálogo entre Marruecos y el Polisario para rubricar un acuerdo de paz se inició en Ginebra en diciembre de 2018, pero tuvo que ser suspendido en mayo del año siguiente cuando el enviado especial de la ONU para el Sahara Occidental, el expresidente alemán Horst Köhler, causó baja por enfermedad. "La ausencia durante todo el año de un enviado especial de la ONU ha contribuido a que no haya avances ni a nivel del informe del secretario general ni a nivel de la resolución", señala Arabí.
Marruecos sigue controlando lo que este país llama sus "provincias del sur", donde la población saharaui es numéricamente inferior, dado que hasta 180.000 refugiados malviven en los campamentos de Tinduf en Argelia, adonde los primeros miles llegaron hace ahora 45 años. De allí partieron los civiles que llevaban desde el 21 de octubre bloqueando la zona de El Guerguerat, que da acceso a Mauritania, e impidiendo el paso de camiones marroquíes hacia ese país.
La aprobación de la prórroga de la Minurso no propició que se levantara ese bloqueo, que afectaba ya a los pesqueros españoles que faenan frente a Mauritania. El Frente Polisario ha declarado que la inacción y los incumplimientos por parte del acuerdo no dejan otra opción que intensificar la lucha y taponar "la brecha de El Guerguerat".
Según declara Abdulah Arabí, "es una violación del alto el fuego, por eso los civiles saharauis han acudido a cerrarla". "Junto con Francia, Marruecos ha intentado por todos los medios exhortar a esa gente a que abandonen la brecha, pero no lo han logrado"
El grupo independentista Frente Polisario declaró la guerra a Marruecos, tras considerar que el país rompió un alto el fuego de casi tres décadas en el Sáhara Occidental, una disputada región desértica en el noroeste de África.
El anuncio del Frente Polisario se produjo un día después de que Marruecos lanzara una operación militar en una zona colchón, patrullada por las Naciones Unidas, tras acusar al grupo independentista de bloquear el acceso a Mauritania, país vecino, detalló The New York Times.
El 13 de noviembre, Marruecos acusó al Frente Polisario de desplegar un "cordón de seguridad" en una importante carretera que conecta el país con Mauritania. Para el grupo independentista, esta carretera es ilegal pues consideran que se construyó en violación de la tregua entre las partes del conflicto negociada por las Naciones Unidas en 1991.
A última hora del 13 de noviembre, ambos lados confirmaron que habían intercambiado disparos, sin dar más detalles acerca de posibles muertos o heridos. Tampoco especificaron la cantidad de personas involucradas en el combate, informó el medio.
El Frente Polisario ha acusado a Marruecos de disparar contra participantes pacíficos, los cuales, según el grupo, se manifestaban contra lo que consideraron un saqueo de los recursos de los saharauis —las personas que viven en el Sáhara Occidental—, bajo la vigilancia de la misión de paz de la ONU en el territorio disputado.
Brahim Ghali, secretario general del Frente Polisario, decretó la "reanudación de la lucha armada en defensa de los legítimos derechos" de su pueblo. Las autoridades marroquíes todavía no se han pronunciado acerca del anuncio del grupo independentista.
¿Qué pasa en el Sáhara Occidental?
El Sáhara Occidental es un territorio en el noreste de África, que fue colonia de España, y donde en 1973 fue fundado el Frente Polisario, acrónimo del movimiento Popular de Liberación Saguía el Hamra y Río de Oro.
Presionada por Marruecos y Mauritania, España firmó en 1975 un acuerdo —carente de validez internacional— para que el norte del Sáhara Occidental pasara a ser jurisdicción del primero, mientras el sur, del segundo.
Un año después, el Frente Polisario proclamó la creación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), reconocida por más de 80 países, pese a la insistencia de Marruecos en la autonomía de los territorios ocupados.
Las Naciones Unidas no reconoce a la RASD ni la anexión impulsada por Marruecos en 1979, y exige celebrar un referéndum de autodeterminación, para lo cual instituyó en 1991 una misión para el Sáhara Occidental, prorrogable cada año y facultada para supervisar el alto del fuego en la región.
El referéndum, sin embargo, todavía no se ha realizado. Esto se debe principalmente al hecho de que las dos partes no han podido ponerse de acuerdo sobre quiénes integran el pueblo indígena del territorio y, por lo tanto, quienes pueden participar en la votación.
Posición de Rusia
Por su parte, la Cancillería rusa comunicó que Moscú llama a Marruecos y el Frente Polisario a actuar con moderación y evitar pasos que conduzcan a la escalada del conflicto en el Sáhara Occidental.
"Llamamos a los bandos del conflicto —Marruecos y el Frente Polisario— a actuar con máxima moderación, abstenerse de dar pasos que conduzcan a la escalada de la situación y respetar el alto el fuego", indicó la nota.
"Hay vínculos imborrables": el Sáhara Occidental da ánimos a España a pesar de sentirse 'abandonado'.
Moscú destaca que su postura frente al conflicto consiste en que la paz justa y duradera puede lograrse solo con métodos políticos, cumpliendo las resoluciones del Consejo de Seguridad y la Asamblea General de la ONU.
"Rusia se pronuncia por la más pronta reanudación de las conversaciones directas entre Marruecos y el Frente Polisario, la intensificación de los esfuerzos por resolver el conflicto y el nombramiento del nuevo enviado especial del secretario general de la ONU", remarcó la Cancillería.
El ente mencionó, en particular, la creciente tensión en la zona de amortiguación de Guerguerat, en el Sáhara marroquí, que forma parte de la zona de responsabilidad de la Misión de las Naciones Unidas para el referéndum en el Sáhara Occidental, la Minurso.
Los activistas por la causa saharaui se concentraron frente al Ministerio de Asuntos Exteriores de España para demostrar su apoyo al Frente Polisario y exigir un referéndum de autodeterminación en el territorio del Sáhara Occidental que está bajo el control de Marruecos.
Se hicieron presentes con las banderas de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y repetían en voz alta varios eslóganes en contra de Marruecos y España. Mientras sus portavoces ingresaron al Ministerio para entregar un manifiesto a las autoridades españolas.
El presidente de la Asociación Profesional de Abogados Saharauis en España, Sidi Talebbuia, explicó que el pueblo saharaui exige un referéndum de autodeterminación que sea imparcial y democrático, pero si no tienen otra opción volverán a la guerra.
El 13 de noviembre, Marruecos acusó al Frente Polisario de desplegar un "cordón de seguridad" en una importante carretera que conecta el país con Mauritania. Al culminar ese día, se confirmó que ambos lados habían intercambiado disparos. Para el grupo independentista, esta carretera es ilegal, pues consideran que se construyó en violación de la tregua entre las partes del conflicto negociada por las Naciones Unidas en 1991.
El Sáhara Occidental es un territorio en el noreste de África, que fue colonia de España, y donde en 1973 fue fundado el Frente Polisario.
Presionada por Marruecos y Mauritania, España firmó en 1975 un acuerdo —carente de validez internacional— para que el norte del Sáhara Occidental pasara a ser jurisdicción de Rabat, y el sur a Nuakchot.
Un año después, el Frente Polisario proclamó la creación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), reconocida por más de 80 países, pese a la insistencia de Marruecos en la autonomía de los territorios ocupados.
Naciones Unidas no reconoce a la RASD ni la anexión impulsada por Marruecos en 1979, y exige celebrar un referéndum de autodeterminación, para lo cual instituyó en 1991 una misión para el Sáhara Occidental, prorrogable cada año y facultada para supervisar el alto el fuego en la región.
Los intereses geopolíticos de los poderosos causan dolor, sufrimiento, hambrunas, mortalidad y opresión a millones de personas repartidas por todo el planeta. Millones de personas atrapadas en una asfixiante telaraña de intereses. El Sáhara quizás sea el mejor ejemplo de ello.
La 'Transición' saharaui: de la dictadura franquista a la marroquí
El Sáhara Occidental pasó el 6 de noviembre de 1975 de la dictadura española a la marroquí tras la Marcha Verde impulsada por Hassan II que logró movilizar varios centenares de miles de personas. O más concretamente deberíamos decir que una parte del Sáhara Occidental realizó esta peculiar transición, pues mientras el centro y el norte de la región fueron cedidos a la dictadura marroquí, el sur terminó en manos de Mauritania. Todo ello, claro, con la aquiescencia de Estados Unidos, cuando no con sus susurros.
Este reparto del pastel –de 266.000 kilómetros cuadrados, la mitad de España–, tan típico de los comensales occidentales, no tuvo en cuenta la opinión de los propios saharauis, que vieron cambiar el color de las banderas y la estirpe de su dictador sin su consentimiento. Porque el Frente Polisario, surgido poco antes, en 1973, había reivindicado la independencia del Sáhara Occidental de España, cuya administración colonial ejercía desde finales del siglo XIX, pero no para convertirse en la colonia de otra dictadura.
Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra de España
La misión de Naciones Unidas para la celebración del referéndum en el Sáhara Occidental (Minurso) no solo ha resultado ser un rotundo fracaso, sino que a día de hoy ha quedado sepultada por los intereses de unos y otros.
En este contexto, mientras que el Frente Polisario consiguió llegar a un acuerdo con Mauritania en 1979, tres años después de proclamar la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), el problema con Marruecos derivó en un conflicto armado hasta que en 1991 se conseguía firmar un acuerdo de paz definitivo que contemplaba la realización de un referéndum libre para que el pueblo saharaui decidiera libremente su destino.
Un referéndum que no ha llegado jamás a producirse, lo que ha convertido en permanente el exilio saharaui en campamentos situados en las proximidades de Tinduf, Argelia. Y con un agravante, pues la misión de Naciones Unidas para la celebración del referéndum en el Sáhara Occidental (Minurso), no solo ha resultado ser un rotundo fracaso, sino que a día de hoy ha quedado sepultada por los intereses de unos y otros.
El Frente Polisario declara la guerra
Casi treinta años después del acuerdo para la celebración de un referéndum y habida cuenta de la imposibilidad de realizarlo, tal y como quedó establecido en el alto el fuego alcanzado por la ONU en 1991, varias decenas de saharauis decidieron bloquear la carretera de acceso de Mauritania en Guerguerat como medida de protesta el pasado 21 de octubre. Tras esta llamada de atención se encuentra la desesperada situación en la que malviven 250.000 saharauis y la esperanza que ofrece el cambio presidencial en Estados Unidos en el contexto internacional. Una esperanza como mínimo ingenua si tenemos en cuenta el historial geopolítico norteamericano.
Como represalia, hace solo unos días, el 13 de noviembre, el Ejército marroquí se adentró en Guerguerat, zona desmilitarizada situada en la frontera con Mauritania, al sur del Sáhara Occidental. La incursión terminó en un tiroteo sin heridos y en una respuesta posterior del Frente Polisario a los emplazamientos militares marroquíes situado tras el muro, el más largo del mundo con más de 2.500 kilómetros, en los que aseguran haber causado bajas (Marruecos lo niega).
El reparto europeo y norteamericano
Europa se beneficia de los caladeros de pesca existentes en el amplio litoral saharaui, más de 1.100 kilómetros de costa, en los acuerdos que alcanza con Marruecos. Por tanto, Marruecos y Europa, principalmente España, se reparten sin pudor este importante recurso natural mientras los saharauis viven en condiciones penosas en campos de refugiados habilitados a más de 500 kilómetros al interior de su capital, El Aaiún. Marruecos, además de repartirse con Europa los caladeros de pesca, explota las valiosas minas de fosfato, con el que se elaboran fertilizantes.
De nada ha servido que en el año 2018 el Tribunal de Luxemburgo resolviera que el acuerdo de pesca entre la Unión Europea y Marruecos no tuviera efectos en el Sáhara Occidental, al no ser parte de Marruecos, ya que el Parlamento Europeo aprobó en 2019 el acuerdo pesquero con la dictadura alauita incluyendo al Sáhara Occidental. Europa no hace caso ni a sus propios tribunales ni a sus propios valores.
Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra de España
Los saharauis son un pueblo condenado a sufrir hambre, penuria y violaciones constantes de sus derechos humanos mientras un régimen autoritario se reparte sus riquezas con Europa y Estados Unidos.
Por su parte, Estados Unidos contenta a la dictadura marroquí, uno de sus "hijos de puta" –en palabras de Roosevelt y Kissinger– que le ofrecen bases militares. De hecho, en el año 2008 los norteamericanos ubicaron el Africom (Comando Africano de Estados Unidos) en la base militar en Tan Tan, a escasa distancia de El Aaiún, Canarias y Tinduf. Es decir, cerca de la zona del conflicto actual. Con esta base, Estados Unidos no sólo reforzó la posición de dictadura de Mohamed VI al tiempo que dañaba seriamente las posibilidades de los saharauis de celebrar un referéndum de autodeterminación, sino que también le sirvió para intentar frenar –y competir– con la expansión china en el continente. De hecho, en estos últimos meses Marruecos ha ofrecido a Estados Unidos el uso de la base de Alcazarseguir, en el estrecho de Gibraltar, como opción a la base española de Rota, cuyo convenio debe renovarse en 2021.
La dictadura marroquí compra voluntades
Pero no solo de Estados Unidos vive Marruecos. Marruecos ha maniobrado con gran habilidad a nivel internacional, consiguiendo que desde el año 2001 la ONU haya dejado de apoyar la celebración de un "referéndum libre, justo e imparcial sobre la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental" para contentarse con el ofrecimiento de "mayor autonomía" presentado en 2007 por la dictadura de Mohamed VI. Pero de soberanía a autonomía hay un abismo, sobre todo cuando las competencias ofrecidas son, según el Frente Polisario, menores que las que presentó España en 1974. Sin embargo, nada de eso le importa a la ONU, que considera creíbles y serios los esfuerzos de un régimen autoritario que viola los derechos humanos de forma reiterada para solucionar la cuestión.
Además, Marruecos ha conseguido que la misión de la ONU en el Sáhara Occidental sea la única entre las 16 misiones de paz de la ONU que no evalúa los derechos humanos, lo que a buen seguro le habrá costado una gran cantidad de favores y prebendas. Para lograrlo, se sumó en 2017 a la Unión Africana, con el único objetivo de expulsar a la RASD y ha conseguido la instalación de decenas de consulados en el Sáhara Occidental, sobre todo el de Emiratos Árabes Unidos –que recientemente estableció contactos diplomáticos con Israel–.
Los saharauis son un pueblo condenado a sufrir hambre, penuria y violaciones constantes de sus derechos humanos mientras un régimen autoritario se reparte sus riquezas con Europa y Estados Unidos. Una realidad que demuestra, como muchas otras, que los intereses geopolíticos están por encima de lo justo y lo correcto. Una tragedia paradigma del neocolonialismo.
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.
Los activistas por la causa saharaui se concentraron frente al Ministerio de Asuntos Exteriores de España para demostrar su apoyo al Frente Polisario y exigir un referéndum de autodeterminación en el territorio del Sáhara Occidental que está bajo el control de Marruecos.
Se hicieron presentes con las banderas de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y repetían en voz alta varios eslóganes en contra de Marruecos y España. Mientras sus portavoces ingresaron al Ministerio para entregar un manifiesto a las autoridades españolas.
El presidente de la Asociación Profesional de Abogados Saharauis en España, Sidi Talebbuia, explicó que el pueblo saharaui exige un referéndum de autodeterminación que sea imparcial y democrático, pero si no tienen otra opción volverán a la guerra.
El 13 de noviembre, Marruecos acusó al Frente Polisario de desplegar un "cordón de seguridad" en una importante carretera que conecta el país con Mauritania. Al culminar ese día, se confirmó que ambos lados habían intercambiado disparos. Para el grupo independentista, esta carretera es ilegal, pues consideran que se construyó en violación de la tregua entre las partes del conflicto negociada por las Naciones Unidas en 1991.
El Sáhara Occidental es un territorio en el noreste de África, que fue colonia de España, y donde en 1973 fue fundado el Frente Polisario.
Presionada por Marruecos y Mauritania, España firmó en 1975 un acuerdo —carente de validez internacional— para que el norte del Sáhara Occidental pasara a ser jurisdicción de Rabat, y el sur a Nuakchot.
Un año después, el Frente Polisario proclamó la creación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), reconocida por más de 80 países, pese a la insistencia de Marruecos en la autonomía de los territorios ocupados.
Naciones Unidas no reconoce a la RASD ni la anexión impulsada por Marruecos en 1979, y exige celebrar un referéndum de autodeterminación, para lo cual instituyó en 1991 una misión para el Sáhara Occidental, prorrogable cada año y facultada para supervisar el alto el fuego en la región.