Con el retiro del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, los gobiernos alineados a sus políticas deberán enfrentar comicios en los próximos meses con diagnóstico reservado.
El virtual mandatario estadounidense, Joe Biden, prometió modificar la política latinoamericana de Trump, pero en algunos países se adelantaron fuertes reclamos de cambio, tanto en las urnas como en las calles.
El ejemplo electoral mayor, realizado en octubre pasado, fue el triunfo del Movimiento Al Socialismo (MAS) en Bolivia, donde un año de movilizaciones populares y unos comicios transparentes derrotaron a un régimen de facto auspiciado por Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos.
La administración de Luis Arce ya comenzó a enfrentar los grandes retos económicos, sanitarios y sociales del país andino-amazónico, mientras maneja políticamente a sectores de oposición que respaldaron el golpe de Estado de 2019 contra el líder indígena Evo Morales.
En 2020 también hubo importantes cambios de gobierno en las naciones caribeñas de República Dominicana, Guyana, Trinidad y Tobago, Jamaica, Surinam y San Cristóbal y Nieves.
Los primeros comicios generales del 2021 se efectuarán en Ecuador, el 7 de febrero, según el cronograma del Consejo Nacional Electoral, y la fórmula ganadora tomará posesión el 24 de mayo.
Aspiran a reemplazar al gobernante Lenín Moreno 17 candidaturas, en distintas etapas de registro formal, incluida la de la Unión por la Esperanza, encabezada por Andrés Arauz, colaborador del expresidente Rafael Correa, inhabilitado para participar en estas elecciones.
Todavía no hay pronósticos confiables de encuestas sobre la intención de voto, pero los analistas coinciden en que esta cita en las urnas será trascendental para el futuro del Ecuador, que el año pasado fue sacudido por protestas populares y alarmantes cifras de víctimas de la pandemia.
Perú, otro país azotado por la Covid-19 y la inestabilidad política, celebrará elecciones generales el 11 de abril, luego de que Francisco Sagasti fue designado presidente interino, encargado de organizar y garantizar esos comicios.
Sagasti sucede al efímero Manuel Merino (solo seis días en la presidencia), quien promovió la destitución parlamentaria del mandatario Martín Vizcarra, a su vez relevo de Pedro Pablo Kuczynski, destituido en marzo del 2018 por presuntos actos de corrupción.
La asunción de Sagasti tuvo lugar tras varios días de protestas callejeras fuertemente reprimidas, con saldo de dos manifestantes muertos, varios heridos y decenas de detenidos.
Medios políticos coinciden en que existen intensas reuniones para definir las posibles alianzas y precandidaturas en un panorama político aún confuso y desordenado, que impide predecir el color del cambio que tendrá el Perú a partir de julio próximo.
En Chile, donde se acaba de aprobar un referendo para modificar la Constitución heredada del dictador Augusto Pinochet (1973-1990) y mantenida en esencia por varios gobiernos civiles, habrá elecciones generales el 21 de noviembre.
Diversas fuerzas políticas y movimientos sociales que protagonizaron masivas protestas el año pasado ya buscan identificar a los candidatos para intentar reemplazar al jefe de Estado Sebastián Piñera, cuyo nivel de desaprobación alcanzó este mes un 78 por ciento, según las encuestas.
Algunos analistas manejan la posibilidad de que, dada la crisis sanitaria, económica y política chilena, esos comicios pudieran ser adelantados para abril, pero esto no pudo ser confirmado.
En noviembre del 2021 también deben realizarse consultas generales en Nicaragua (el 7) y en Honduras (28), así como importantes comicios parlamentarios y regionales en México (6 de junio) y Argentina (24 de octubre), los cuales marcarán posibles cambios en la región.
El nuevo mapa político latinoamericano seguirá conformándose en 2022, con reñidas contiendas presidenciales en Colombia y Brasil, actualmente gobernados por los derechistas Iván Duque y Jair Bolsonaro, respectivamente.
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