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General: China se agiganta y desplaza a EEUU en la cabeza de la economía mundial
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Respuesta  Mensaje 1 de 71 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 24/10/2014 10:32
China se agiganta y desplaza a EE.UU. en el ‘tatami’ de la economía mundial

Los flujos de comercio y las prioridades de negocio favorecen a China

China ocupa paulatinamente todo el espacio económico mundial, relegando a un segundo plano a EE.UU.,lo que queda de manifiesto tanto en los flujos de comercio mundial como en las prioridades de negocio.

Según los expertos, esta tendencia representa el cambio más radical en el equilibrio de poder que se produce en el mundo después de la Segunda Guerra Mundial. China protagonizó su salto al mercado global a comienzos de los años 90 del siglo pasado con la exportación de camisetas baratas y juguetes. Hoy en día, las importaciones chinas de petróleo crudo y de otras materias primas han pasado a ser la base del auge de las industrias extractoras en Asia, África y América Latina.

El gran salto hacia adelante de China en el mercado del acero ha sido tan rápido, que ahora sus plantas consumen la mitad de la producción mundial de mineral de hierro. Al mismo tiempo, el gigante asiático se ha transformado en el mayor exportador de acero. En la disputa con EE.UU. China se atrajo a Zambia y Chile, los mayores productores de cobre, y a Australia, un importante exportador de carbón y mineral de hierro.

China superó a Estados Unidos también en los mercados de Corea del Sur y Malasia, convirtiéndose en el principal cliente de componentes para industrias de alta tecnología. Los gigantes electrónicos -Samsung, Nokia, e incluso Apple- trasladaron sus plantas de ensamblaje a China.

A EE.UU. se le escurre el timón económico

La ventaja competitiva de China reside en la mano de obra barata y el bajo precio de otros componentes de costo de los bienes.

Expertos citados por oilru.com creen que el petróleo y el gas serán las armas principales de China y EE.UU. en la lucha por los mercados en los próximos años. Muchos de ellos opinan que las revoluciones árabes y los cambios políticos en África fueron instigados y apoyados por Estados Unidos a fin de privar a China de fuentes de petróleo, Libia y Sudán en primer lugar.

La tensión en torno a Irán y el Golfo Pérsico también persigue este objetivo. Como también lo persigue la estrategia de retorno de EE.UU. a la región de Asia y el Pacífico, que tiene como fin la colocación de fuerzas de choque navales en las rutas de transporte más importantes de petróleo de Venezuela, China, Nigeria, Sudán, Oriente Medio, indican los expertos.

Mientras tanto, en la pugna entre China y Estados Unidos por los mercados mundiales, el que logre la victoria en la “guerra de divisas” se convertirá en el ganador, opina el economista ruso Mijaíl Jazin citado por oilru.com.

“Es muy probable que el mundo se divida en zonas monetarias. La victoria o la derrota se decidirá por una cosa: quién tendrá un área mayor, si EE.UU. o China Por el momento no hay una respuesta. Esta lucha por los mercados mundiales pasará del plano de la lucha en los mercados a otro plano, el monetario. Esto va a ser lo más interesante en la geopolítica mundial y la economía de los próximos 3-5 años”, estima Jazin.

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Respuesta  Mensaje 2 de 71 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 28/10/2014 12:12

Respuesta  Mensaje 3 de 71 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 16/10/2017 00:07

El nuevo Mao del siglo XXI

  • Xi Jinping aspira a reforzar su poder en el próximo congreso del PCCh
El nuevo Mao del siglo XXI
, Hong Kong. Corresponsal
15/10/2017 01:23 | Actualizado a 15/10/2017 07:21

China se prepara para afrontar la semana próxima una nueva era. A partir del miércoles, el Partido Comunista iniciará una reunión a puerta cerrada en la que debe reforzar la figura de su líder y presidente del país, Xi Jinping, para un nuevo mandato de cinco años y elegir a los dirigentes que le secundarán. Se trata de un cónclave decisivo en el que se debe plasmar la influencia de Xi, que tras este congreso aspira a convertirse en el presidente más poderoso del gigante asiático desde los tiempos de Mao.

El comité central del Partido Comunista culminó ayer los preparativos para la celebración del XIX congreso de esta formación, que arrancará el próximo miércoles y que tiene como objetivo nombrar a los nuevos miembros del politburó y del todopoderoso Comité Permanente. Trascendió muy poco de la reunión, pero lo suficiente para dejar entrever que la influencia de Xi Jinping quedará reflejada en la Constitución de la organización, según se desprende del comunicado final, en el que subrayó que se había aprobado una propuesta de enmienda a la Carta Magna del partido para su aprobación formal.

Bajo esta fórmula tan aséptica se esconde la influencia que tendrá a partir de ahora Xi Jinping en la dirección del partido, así como en la marcha del gigante asiático. No obstante, existe incertidumbre, tanto dentro como fuera de China, por conocer el estatus que tendrá.

CHINA CHINA (Josep Ramos)

El año pasado se le atribuyó un nuevo título y se le designó como “líder central”, una nominación que ya le sitúa por encima de su antecesor, Hu Jintao. Pero Xi aspira a más. Por el momento, en los últimos meses, la televisión estatal lo define como “el líder supremo” y la agencia oficial Xinhua como “el comandante supremo”.

En este sentido, la forma en que se incorporen sus pensamientos a los textos fundamentales de la organización comunista marcará esta posición, que puede significar una verdadera revolución, ya que nunca se ha hecho con un líder en activo. Hasta ahora, y desde los tiempos de Mao, los grandes dirigentes chinos sólo vieron reflejada su influencia en la ideología rectora de esta formación al término de su mandato.

Xi, sin embargo, ha estado trabajando y poniendo a sus peones en los puestos adecuados en los últimos cinco años para ser designado presidente del partido, un cargo que tras la muerte de Mao no se ha vuelto a atribuir. Él, sin embargo, se considera legitimado para acceder a tal honor por ser un líder heredero de los héroes revolucionarios que lucharon junto al Gran Timonel.

Una iniciativa que le colocaría al mismo nivel que los grandes líderes históricos, como Mao Zedong y Deng Xioping, y supondría el retorno a la figura de un gobernante todopoderoso en China. Semejante concentración de poder Deng la intentó diluir a partir de 1978, tras el desastroso mandato de Mao, y los siguientes líderes comunistas lo habían respetado hasta ahora, apostando por un poder colectivo.

El peligro de un retorno a los tiempos de Mao es, sin embargo, enorme. A lo largo de sus primeros cinco años de mandato, Xi Jinping ha barrido todas las fórmulas de equilibrio interno del partido y se ha erigido como único líder de referencia. Ha vaciado de contenido los comités existentes y el propio Consejo de Estado (Gobierno en China) y ha creado una docena de organismos paralelos presididos por él, a través de los que ejerce su poder.

Xi ha utilizado una feroz campaña anticorrupción, alabada como el logro más importante de su primer mandato, para desmantelar todo tipo de oposición a sus iniciativas. Una guerra sin precedentes en la que han caído más de 200 altos funcionarios y se ha castigado a 1,4 millones de cuadros dirigentes, y que ha sido usada por Xi para desarticular las facciones del partido. El poderoso grupo Shanghai, del expresidente Jiang Zemin, ha pasado a mejor vida, y la influyente Liga de la Juventud, de su antecesor Hu Jintao, ha visto laminado su poder.

La reciente caída y expulsión del partido del miembro del politburó Sun Zhencai, que era visto como un futurible primer ministro, ha sido la señal más fuerte y diáfana de que Xi Jinping no está dispuesto a aceptar las decisiones de sus predecesores.

En este sentido, el XIX congreso supondrá la gran oportunidad del actual líder chino de reestructurar la cúpula del partido a su medida, con políticos fieles a su línea de pensamiento. Una acción que le permitirá comenzar su segundo mandato con un equipo de confianza. Y su capacidad para colocar a gente de su confianza en los veinticuatro puestos del politburó y los siete (en principio) del Comité Permanente revelará el verdadero alcance de su poder y la forma en que podrá aplicar su agenda política en los próximos cinco años.

Sin embargo, la composición de los dos principales órganos de dirección del Partido Comunista no serán los únicos elementos que despierten expectación tanto dentro como fuera de China para averiguar el rumbo que tomará el gigante asiático en los próximos años. El planeta entero está inquieto por saber si el líder comunista designará a un posible sucesor, como hicieron sus dos antecesores en la presidencia del país.

La ausencia de cualquier heredero sería interpretada como un signo de la intención de Xi Jinping de romper con la norma tácita de las dos últimas décadas y permanecer al frente del país durante un tercer lustro. Esta interpretación es contestada por algunos expertos, que sugieren que Xi evitaría así cualquier desviación sobre su autoridad y podría dedicarse a asuntos más urgentes que preparar a su sucesor.

Otro factor clave que definirá el poder de Xi es si también rompe la norma no escrita de permitir que un dirigente siga en puestos de responsabilidad más allá de los 68 años. Este sería el caso del zar anticorrupción, Wang Qishan, un fiel aliado de Xi y el hombre que podría impulsar las reformas económicas que precisa China. Unas incógnitas que los 2.300 asistentes al cónclave comunista desvelarán en los próximos días.


Respuesta  Mensaje 4 de 71 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 16/10/2017 00:09

El nuevo Mao del siglo XXI

  • Xi Jinping aspira a reforzar su poder en el próximo congreso del PCCh
El nuevo Mao del siglo XXI
, Hong Kong. Corresponsal
15/10/2017 01:23 | Actualizado a 15/10/2017 07:21

China se prepara para afrontar la semana próxima una nueva era. A partir del miércoles, el Partido Comunista iniciará una reunión a puerta cerrada en la que debe reforzar la figura de su líder y presidente del país, Xi Jinping, para un nuevo mandato de cinco años y elegir a los dirigentes que le secundarán. Se trata de un cónclave decisivo en el que se debe plasmar la influencia de Xi, que tras este congreso aspira a convertirse en el presidente más poderoso del gigante asiático desde los tiempos de Mao.

El comité central del Partido Comunista culminó ayer los preparativos para la celebración del XIX congreso de esta formación, que arrancará el próximo miércoles y que tiene como objetivo nombrar a los nuevos miembros del politburó y del todopoderoso Comité Permanente. Trascendió muy poco de la reunión, pero lo suficiente para dejar entrever que la influencia de Xi Jinping quedará reflejada en la Constitución de la organización, según se desprende del comunicado final, en el que subrayó que se había aprobado una propuesta de enmienda a la Carta Magna del partido para su aprobación formal.

Bajo esta fórmula tan aséptica se esconde la influencia que tendrá a partir de ahora Xi Jinping en la dirección del partido, así como en la marcha del gigante asiático. No obstante, existe incertidumbre, tanto dentro como fuera de China, por conocer el estatus que tendrá.

CHINA CHINA (Josep Ramos)

El año pasado se le atribuyó un nuevo título y se le designó como “líder central”, una nominación que ya le sitúa por encima de su antecesor, Hu Jintao. Pero Xi aspira a más. Por el momento, en los últimos meses, la televisión estatal lo define como “el líder supremo” y la agencia oficial Xinhua como “el comandante supremo”.

En este sentido, la forma en que se incorporen sus pensamientos a los textos fundamentales de la organización comunista marcará esta posición, que puede significar una verdadera revolución, ya que nunca se ha hecho con un líder en activo. Hasta ahora, y desde los tiempos de Mao, los grandes dirigentes chinos sólo vieron reflejada su influencia en la ideología rectora de esta formación al término de su mandato.

Xi, sin embargo, ha estado trabajando y poniendo a sus peones en los puestos adecuados en los últimos cinco años para ser designado presidente del partido, un cargo que tras la muerte de Mao no se ha vuelto a atribuir. Él, sin embargo, se considera legitimado para acceder a tal honor por ser un líder heredero de los héroes revolucionarios que lucharon junto al Gran Timonel.

Una iniciativa que le colocaría al mismo nivel que los grandes líderes históricos, como Mao Zedong y Deng Xioping, y supondría el retorno a la figura de un gobernante todopoderoso en China. Semejante concentración de poder Deng la intentó diluir a partir de 1978, tras el desastroso mandato de Mao, y los siguientes líderes comunistas lo habían respetado hasta ahora, apostando por un poder colectivo.

El peligro de un retorno a los tiempos de Mao es, sin embargo, enorme. A lo largo de sus primeros cinco años de mandato, Xi Jinping ha barrido todas las fórmulas de equilibrio interno del partido y se ha erigido como único líder de referencia. Ha vaciado de contenido los comités existentes y el propio Consejo de Estado (Gobierno en China) y ha creado una docena de organismos paralelos presididos por él, a través de los que ejerce su poder.

Xi ha utilizado una feroz campaña anticorrupción, alabada como el logro más importante de su primer mandato, para desmantelar todo tipo de oposición a sus iniciativas. Una guerra sin precedentes en la que han caído más de 200 altos funcionarios y se ha castigado a 1,4 millones de cuadros dirigentes, y que ha sido usada por Xi para desarticular las facciones del partido. El poderoso grupo Shanghai, del expresidente Jiang Zemin, ha pasado a mejor vida, y la influyente Liga de la Juventud, de su antecesor Hu Jintao, ha visto laminado su poder.

La reciente caída y expulsión del partido del miembro del politburó Sun Zhencai, que era visto como un futurible primer ministro, ha sido la señal más fuerte y diáfana de que Xi Jinping no está dispuesto a aceptar las decisiones de sus predecesores.

En este sentido, el XIX congreso supondrá la gran oportunidad del actual líder chino de reestructurar la cúpula del partido a su medida, con políticos fieles a su línea de pensamiento. Una acción que le permitirá comenzar su segundo mandato con un equipo de confianza. Y su capacidad para colocar a gente de su confianza en los veinticuatro puestos del politburó y los siete (en principio) del Comité Permanente revelará el verdadero alcance de su poder y la forma en que podrá aplicar su agenda política en los próximos cinco años.

Sin embargo, la composición de los dos principales órganos de dirección del Partido Comunista no serán los únicos elementos que despierten expectación tanto dentro como fuera de China para averiguar el rumbo que tomará el gigante asiático en los próximos años. El planeta entero está inquieto por saber si el líder comunista designará a un posible sucesor, como hicieron sus dos antecesores en la presidencia del país.

La ausencia de cualquier heredero sería interpretada como un signo de la intención de Xi Jinping de romper con la norma tácita de las dos últimas décadas y permanecer al frente del país durante un tercer lustro. Esta interpretación es contestada por algunos expertos, que sugieren que Xi evitaría así cualquier desviación sobre su autoridad y podría dedicarse a asuntos más urgentes que preparar a su sucesor.

Otro factor clave que definirá el poder de Xi es si también rompe la norma no escrita de permitir que un dirigente siga en puestos de responsabilidad más allá de los 68 años. Este sería el caso del zar anticorrupción, Wang Qishan, un fiel aliado de Xi y el hombre que podría impulsar las reformas económicas que precisa China. Unas incógnitas que los 2.300 asistentes al cónclave comunista desvelarán en los próximos días.


Respuesta  Mensaje 5 de 71 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 19/10/2017 11:48
China considera que se ha convertido en una potencia mundial
Publicado: 18 oct 2017 12:52 GMT

El presidente chino, Xi Jinping, considera que su país ha entrado en "una nueva era" y debería ocupar una posición central en la escena internacional, según ha asegurado durante el XIX Congreso Nacional del Partido Comunista de China. Ese mandatario también ha anunciado que Pekín se ha convertido en una gran potencia mundial y ha subrayado que necesita aumentar la seguridad nacional. Al respecto, Xi ha destacado el avance significativo en la reforma militar y la defensa de esa nación asiática.


Respuesta  Mensaje 6 de 71 en el tema 
De: RADIOPIPOLLSINFRONTERA Enviado: 21/10/2017 11:36
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Respuesta  Mensaje 7 de 71 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 10/01/2018 21:17

El audaz plan de China para socavar al 'omnipotente' dólar estadounidense

Publicado: 20 sep 2017 11:28 GMT

La medida elevará de forma acusada el precio del petróleo y del oro, afirman expertos.

El audaz plan de China para socavar al 'omnipotente' dólar estadounidense
El presidente de EE.UU., Donald Trump, con el presidente de China, Xi Jinping, en una cumbre del G20
POOL New / Reuters
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China planea lanzar en breve la emisión de futuros de crudo en yuanes, lo que podría asestar un golpe a la economía de EE.UU., informa el periódico saudita 'Al Eqtisadiya'. Según la publicación, la medida tendrá un gran impacto en los precios del petróleo, que podrían alcanzar hasta 70 dólares por barril desde el comienzo de la emisión, así como en los precios mundiales del oro, debido a que la moneda china —a diferencia de la estadounidense— está ligada a los registros de este metal precioso.

Los expertos sostienen que este paso abrirá la puerta de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a Estados que no forman parte de la entidad, ya que sus contratos suelen requerir la compra de petróleo en dólares. Además, los nuevos futuros chinos permitirán la adquisición del metal precioso, por ejemplo, en la Bolsa de Oro de Shanghái o en la de Budapest para aquellos países que no deseen comerciar en yuanes.

Reducir el atractivo del dólar 

"La posible consecuencia de la compra en yuanes de petróleo garantizado por oro por parte de China es el debilitamiento del dólar frente a las divisas principales. Pero esto puede afectar positivamente al aumento de las exportaciones estadounidenses y causar una disminución de las importaciones, lo que reducirá el déficit comercial en EE.UU.", asegura Ammar Al-Mufti, asesor económico y gestor de fondos de inversión saudita.

"Este paso supone un cambio radical en las reglas de la economía mundial, que afectará al dólar y reducirá su atractivo de inversión, como resultado de lo cual en EE.UU. aumentarán las tasas de interés bancarias. Esto puede tener algunas consecuencias negativas en los préstamos públicos y privados en EE.UU., lo que afectará negativamente a varios sectores de la economía, por ejemplo el de los servicios", añade Al-Mufti.

El experto también destaca que tanto el sector público o el privado de EE.UU. tendrán que reducir el consumo y aumentar la inversión, lo cual es bueno para la economía nacional a largo plazo. Aunque, a su juicio, las consecuencias pueden ser muy negativas a corto y medio plazo.

En este sentido, el experto en el sector del oro Mohammed Al-Hashid vaticina que el precio del petróleo desde el comienzo de la venta de los futuros subirá hasta los 70 dólares por barril, lo que también conducirá a un aumento de los precios de oro hasta los 1.850 dólares por onza. Ello supone un incremento de 500 dólares respecto al precio actual, 1.350 dólares, una cifra "injustificada" a juicio de Al-Hashid porque perjudica a los mercados globales y provoca pérdidas económicas a los países que realizan inversiones en este metal.



Respuesta  Mensaje 8 de 71 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 15/02/2018 11:45

Una empresa china compra la casa de modas más antigua de Francia

Publicado: 15 feb 2018 05:52 GMT

Las ventas de la firma de moda Lanvin disminuyeron significativamente tras la salida del director creativo Alber Elbaz en 2015.

Una empresa china compra la casa de modas más antigua de Francia
Charles Platiau / Reuters
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La compañía inversionista china Fosun International adquirió en una subasta las acciones de Lanvin, la casa de modas más antigua de Francia, reporta Fashion Network. La empresa china firmó un acuerdo según el cual deberá hacerse cargo de las deudas salariales a los trabajadores. En total, la compañía invertirá más de 100 millones de euros en esta conocida marca.

Lanvin, fundada por Jeanne Lanvin hace 129 años, es una de las marcas parisinas más reconocidas. El diseñador Alber Elbaz, que estuvo al frente de la firma durante 14 años hasta que abandonó el puesto en 2015, mantuvo con vida a la compañía presentando numerosas colecciones de prendas para mujeres y hombres. Para celebrar el aniversario de la marca, Elbaz organizó una exposición en la que se mostraron los primeros vestidos y bocetos de Jeanne Lanvin.

No obstante, tras la salida de Elbaz, las ventas de la empresa empezaron a caer drásticamente. Mientras que en 2016 las ventas de Lanvin bajaron un 23%, en 2017  experimentaron un descenso de más de 30%, según datos citados por Reuters.

Lanvin es muy popular entre las celebridades y estrellas de Hollywood, que en varias ocasiones han desfilado sobre la alfombra roja vistiendo prendas de esta marca, entre ellas Meryl Streep, Emma Stone, Natalie Portman y Nicole Kidman. Además, Kim Kardashian escogió un pomposo vestido multilaminar de Lanvin para su boda con el rapero Kanye West.


Respuesta  Mensaje 9 de 71 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 17/02/2018 12:09

Almirante ante el Congreso: "EE.UU. debe prepararse para una posible guerra con China"

Publicado: 17 feb 2018 11:15 GMT | Última actualización: 17 feb 2018 11:16 GMT

El poderío militar chino pronto podría igualar al de EE.UU., cree el jefe del Mando del Pacífico del país norteamericano.

Almirante ante el Congreso: "EE.UU. debe prepararse para una posible guerra con China"
China Stringer Network / Reuters
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El almirante Harry Harris, nombrado nuevo embajador estadounidense en Australia, dijo al Congreso que Washington debe prepararse activamente para una guerra con China, informa el diario británico The Guardian.

Según el alto cargo, China aumenta constantemente su poder militar. Harris aseguró que la intención de Pekín para dominar el mar de China Meridional es "transparente como el cristal" y que su poderío militar podría pronto rivalizar con el de EE.UU. "en casi todos los campos".

Al mismo tiempo, Harris señaló que en EE.UU. prefieren no ver lo que es obvio e ignorar la amenaza. Según sus palabras, aunque los políticos deberían hacer todo lo posible para evitar la guerra, deben estar preparados para ella. Entre las amenazas chinas, Harris mencionó la construcción por parte de Pekín de siete instalaciones militares en unas islas en disputa en el mar de China Meridional.

Harris, que pronto se retirará como jefe del Mando del Pacífico estadounidense en Hawái, dijo al comité de servicios armados de la Cámara de Representantes que EE.UU. y sus aliados deberían desconfiar del expansionismo militar de Pekín en la región y condenó las operaciones de China para influir en el extranjero, así como su conducta económica depredadora.

"Las intenciones de China son muy claras. Las ignoramos a nuestro riesgo. Me preocupa que China ahora trabaje para socavar el orden internacional basado en reglas", señaló el almirante, quien también elogió a Australia como uno de los aliados clave de su país en la región de Asia y el Pacífico.

"Una guerra de grandes poderes no es inevitable"

El pasado 14 de febrero John Chipman, el director general del 'think tank' británico Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, aseguró que "poderes como China y Rusia están desafiando el predominio global de EE.UU. y sus aliados".

Las intenciones de China son muy claras. Las ignoramos a nuestro riesgo

"A pesar de que una guerra de grandes potencias no es inevitable, los Estados se están preparando, de manera sistemática, para la posibilidad de un conflicto", advirtió Chipman, citando la Estrategia de Defensa Nacional de EE.UU. publicada en enero, que "reconoce la posibilidad de un conflicto de grandes potencias como un importante desafío para EE.UU.".

Por su parte, el embajador de China en EE.UU., Cui Tiankai, afirmó que "es peligroso abogar por cualquier estrategia de confrontación" con el país asiático. "Ciertamente es paranoico temer que una China que sigue su propio camino de desarrollo sea beligerante con EE.UU.", dijo Cui este martes.


Respuesta  Mensaje 10 de 71 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 25/02/2018 12:08

El Partido Comunista de China propone eliminar los límites del mandato presidencial

Publicado: 25 feb 2018 09:50 GMT | Última actualización: 25 feb 2018 10:12 GMT

La medida supone la modificación de la Constitución actual del gigante asiático.

El Partido Comunista de China propone eliminar los límites del mandato presidencial
La sesión de clausura del XIX Congreso Nacional del Partido Comunista de China en el Gran Palacio del Pueblo en Pekín, China, el 24 de octubre de 2017.
Thomas Peter / Reuters
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El Comité Central del Partido Comunista de China ha propuesto eliminar los límites del mandato presidencial. Con ese objetivo se plantea cambiar la Constitución actual del país, quitando la expresión de que el presidente y el vicepresidente de la República Popular de China "no servirán más de dos mandatos consecutivos", recoge Xinua Net.

El mando supremo del Partido Comunista de China propuso enmendar la Constitución del país en el pleno del Comité Central del Partido Comunista el mes pasado. La nueva redacción debería reflejar los "importantes logros teóricos, principios y mandamiento políticos" aprobados en el 19 Congreso del partido en octubre pasado", según reportaron medios de comunicación chinos.

Entre estos cambios a insertar destacan los pensamientos del actual dirigente del partido y presidente del país, Xi Jinping, sobre el "socialismo con rasgos chinos en la época moderna". La Constitución vigente menciona por nombres a solo dos líderes históricos del país: el fundador del Estado actual, Mao Zedong, y el impulsor de las reformas económicas Deng Xiaoping.


Respuesta  Mensaje 11 de 71 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 05/03/2018 11:41

China no necesita acuerdos para agigantar su huella comercial en América del Norte

Pekín mira de reojo la evolución de la renegociación del TLC: ya es el primer socio comercial de EE UU y el segundo de México y Canadá

Vista aérea del puerto de Yangshan, en Shanghái.
Vista aérea del puerto de Yangshan, en Shanghái. AFP

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), la mesa sobre la que se asientan los intercambios en la región más próspera del mundo, descansa sobre cuatro patas. Tres son obvias: Estados Unidos, México y Canadá, los países que firmaron el mayor acuerdo de abolición de aranceles del planeta hace casi un cuarto de siglo. La cuarta es mucho menos evidente —ni siquiera pertenece geográficamente a Norteamérica y, por supuesto, no es miembro del tratado—, pero su peso en la economía de los tres Estados miembros no ha dejado de crecer en los últimos años: China.

Pekín ha roto esquemas. No ha necesitado un tratado comercial para convertirse, por la vía de los hechos, en el cuarto pilar del TLC, tanto en productos acabados como en bienes intermedios, hasta el punto de haberse convertido en pieza esencial e indispensable en buena parte de las cadenas de producción norteamericanas. Desde 1994 las exportaciones chinas a México se han multiplicado por 150 —de 499 millones de dólares en 1994 a más de 74.000 millones en 2017—, sus ventas a EE UU se han multiplicado por 14 en el periodo —de menos de 9.300 millones a más de 130.000— y a Canadá, tres cuartas partes de lo mismo. Aunque las importaciones chinas de productos norteamericanos también ha seguido un ritmo claramente alcista, en términos absolutos el superávit comercial chino con la región no ha dejado de crecer.

El empujón final a la entrada de productos del gigante asiático en la región llegó en 2001. La entrada de China en la Organización Mundial del Comercio (OMC), que México solo aceptó a regañadientes cuando ya no le quedaba otra, fue su particular acuerdo comercial con medio mundo. Los aranceles cayeron y, en paralelo, sus posibilidades de exportar al resto del mundo se multiplicaron. A golpe de exportaciones, Pekín ya es hoy, por mucho, el primer socio comercial de EE UU —habiendo desplazado a Canadá— y el segundo de México —desplazando a Canadá— y de Canadá —desplazando a México—. Con estas cifras en la mano no es de extrañar que el Gobierno de Xi Jinping, ansioso por reemplazar con su influencia los espacios que deja EE UU, mire de reojo lo que ocurre en la renegociación del mayor acuerdo comercial del planeta: aunque de forma indirecta, sus intereses también en están en juego.



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