COSAS DE VIEJO
Que por qué ando yo ansina como enojao y triste?
¿Pa´ qué querés saberlo, mi linda flor de ceibo?
Los días del verano, que son pal mozo auroras,
son tardes melancólicas pa´ los que van pa´ viejos.
Pa´ yo poder contarte la historia de mis penas,
tendría que ir dispacio pialando mis recuerdos…
Dejalos que el olvido lo ate a su palenque,
que yo pa´ dir guapiando, ya no preciso de eyos.
Más bien cebá un amargo de los que tú acostumbras
pa´ despuntar el vicio…pa´ dir haciendo tiempo…
¡Quién sabe si algún día, sin oílo de mis labios,
no sabés por que peno!
Pero hoy tuavía es temprano pa´ que esa cabecita,
que pide pa´ adornarse la roja flor del ceibo,
comprienda que se pueden hayar sobre la almohada
tristezas que nos ahugan en vez de lindos sueños.
Cebá, cebame un mate, que yo, pa´ entretenerte,
te vi! a contar un cuento,
que, aunque es todo él mentira,
tal vez se te haga cierto.
Era como vos, moza, y era como vos, linda,
y como vos tenía por ojos dos luceros,
ande se achicharraban de un corazón las alas,
del corazón de un gaucho que se miraba en eyos.
Era un cantor y poeta de esos que en la guitarra
ponen en vez de cuerdas sus delicados nervios,
y cantan en sus (décimas) bravuras de los héroes,
y penas de sus (tristes) y amores en sus (cielos).
Eya tuvo al principio p!al payador amante,
en los ojos ternura y en la boquita besos…
¡Eran como palomas que van buscando el monte,
pa´ hacer entre los sauces el nido de sus sueños!
Dispués… ¿sabés, mi china, que está lindo tu mate?
Más lindo que mi cuento;
no des güelta la yerba, seguí, seguí cebando,
pa´ ver si me apaga la sé que estoy sintiendo…
Dispués… ¡Oigalé el duro!
Mirá, sacá esa astiya que está haciendo humareda…
Me yoran ya los ojos…prestáme tu pañuelo…
José Alonso y Trelles.