En la punta del muelle ; de este puerto desolado,
paradero de los errantes aventureros, amantes del mar;
Llegan las gaviotas moribundas ;
Con la espalda tallada de viejas heridas y
haciendo alarde de su finura,
se posan en las barandas podridas,
para esperar el fin de la vida y el inicio de la eternidad
desde aquí sus cuerpos caen hacia el mar, para integrarse con la tierra.
Gaviota, Un sábado del mes de enero.
te vi merodeando aquel muelle condenado.
Te vi yendo y viniendo desde aquel sitio marginado.
Hasta que llego el invierno,
te sentaste con melancolía a relatar tus recuerdos de antaño,
y luego emprendiste tu ultimo vuelo hacia este muelle,
para dar fin al convenio, que tus padres habían hecho con la vida,
ya hace setenta y tantos años.
Aquí Impusiste tu presencia ante el viento,
y dominaste la puesta de sol,
el cielo te ofreció una danza de despedida,
para recordarte la belleza de la vida.
Desde ahí observaste con alegría ,
el vuelo lejano de tus hijos.
Cuando todos yacían dormidos,
diste tu ultimo suspiro y con ella se fue tu alma,
Tus hijos volaron desde diversos lugares,
gaviotas, delfines, peces y hasta el sol ,
todos vinieron aquel día ,
para decirte, !hasta pronto gaviota!.
Hoy tu alma reposa en la mía,
y cada vez que emprendo un vuelo,
para lanzarme a la vida,
siento que abrigas mis alas y que las guías hacia el sol,
; se que aun controlas el viento y apaciguas las tormentas para no dejarme caer.
Algún día gaviota en este muelle azotado por la naturaleza y el olvido ,
volveremos a volar juntos por las rutas del cielo.