SUEÑO DE OPIO
Me dices que me quieres y que me adoras,
Que tu amor es inmenso como los mares
Y puro como el brillo de las auroras
Que mis pesares
Te inspiran tan acerbos y hondos quebrantos
como la hiel que brotan mis tristes cantos
Y sin embargo añades que te da miedo
Mi palidez de muerto cuando te miro;
como sé que me adoras, decirte puedo
que hay un vampiro
que en las noches oscuras llega a mi alcoba
y con su labio yerto mi sangre roba.
Me dices a menudo, con ojos graves,
Que te hiela mi mano huesosa y fría
!ay¡ ¡como no ha de helarte! ¿Luego no sabes?
Hermosa mía
Que al extender la noche su negro manto
Me la estrecha un cadáver del campo santo?
Una muerta a quien hace ya muchos años
Olvide por tus gracias y tus amores
una muerta que llora mis desengaños
y en los rumores
de los vientos que vagan estremecidos
Me manda sus reproches y sus gemidos
Es ella la que viene por monte y llano
A beber en en la sombra
Mi sangre ardiente
Y a oprimir está seca
y helada mano
Niña inocente
De cabellera rubia y ojos hermosos.
Los celos de los muertos
son espantosos
JULIO FLOREZ