El sentimiento de culpa es algo que te puede estropear los mejores momentos
y su erradicación demandará un gran esfuerzo de tu parte.
Lo principal en este tema es aprender a distinguir cuándo y de qué debes sentirte legítimamente culpable,
y qué debes hacer en ese caso.
Una cosa que debe quedar en claro es que el sentimiento de culpa, sea procedente o no,
no soluciona nada por sí mismo.
Si yo hice algo de lo que debo arrepentirme, por más culpable que me sienta
y por más tiempo que arrastre ese sentimiento,
el acto indebido va a seguir siéndolo y nada se va a adelantar en cuando a subsanarlo.
De aquí se deduce que el sentimiento de culpa, sea correcto o no, es siempre inútil.
Su única función es inducirme a hacer algo para corregir lo mal hecho.
Si no tengo intenciones de corregirme o esta corrección es imposible,
es inútil sentirme culpable.
En los casos en que realmente tenga razones para sentirme culpable,
por ejemplo si he perjudicado indebidamente a otra persona,
y lo que he hecho puede ser rectificado, lo que debo hacer es llevar a cabo esa rectificación.
Una vez que haya hecho lo posible para solucionar el tema,
el sentimiento de culpa desaparecerá por sí solo.
Si me siento culpable por haber tratado mal a alguien
y esa persona no está disponible para pedirle disculpa,
sea porque haya muerto o por otra causa,
lo que debo hacer es olvidarme del asunto porque no tiene solución.
A/D