Nos llegò, la piedad,
a modo de adviento.
El olor a vino
desmidiò cada dìa.
De tanto en tanto,
un humo sin muerte,
nos rodea,
nos vela la vigilia...
Hay un puente de mis ojos
a tu silencio,
y un aliento de tu puente a mis reclamos..
No sabemos que himnos,
sostienen la casa...
Beber o morir sin alternativas..
Mis sueños se quebraron,
en el perfil de las palabras que escribo..
Me sostiene el hilo, que desteje la sombra..
Y en silencio suelo ver brillar
mis estrellas a lo lejos...
Me desnudo, renazco, para caer en mi