Pecado Original
Alma conquistadora y enamorada
de la afligida morada de los mortales;
eres inocente y sin tropiezo
que, andando y andando abandonas, relegando,
el sublime inmortal nombre en tangibles denominaciones…
Así, escondiéndote en tu encubierta estampa,
suspiras un resplandor que canta o que enamora…
en una silenciosa y escondida confesión
que en la conciencia se escucha
y… a veces... con el aire se respira.
Pregono tu pulcritud… tu dulce hermosura;
explicando tu existencia que aunque quiera, no entiendo:
por aquí... alumbrándome con mi luz oscura,
por allá... sacudiendo una lágrima pura,
por el mundo… quemándome con hielo prístino.
Si, por azar el destino quiso que tu mano con la mía,
untasen el níveo rostro del río que se bebe;
si, con querencia nata, la hoja y el viento se casaron,
con pulsaciones de ardiente verano…
dónde queda el sabor de tu fino amor… latido breve?
Ay!!! Continua e interminable percusión
es lo que en mi corazón despiertas;
logrando hacer que me encoja y me dilate
tan pronto o tan tardo viene y va tu imagen,
cogiendo el néctar de dulces palabras,
que por ahora ningún pintor pintar sabe.
En lapsos largos oigo los rumores de tu blanca ribera
batiendo con ganas reminiscencias olvidadas;
y diciendo yo con mis versos menores
que fácilmente borras mis grandes amores
haciendo que persiga fielmente la existencia verdadera.
Tu intención con celo me obliga
a descubrir el sendero sin nombre;
logrando que el desvelo mi guía sea
en ese dulce batallar por recordarte y olvidarte…
desgarrando gritos en silencio para que nadie oiga.
Y…. claro… claro… alumbras y sostienes;
porque ese don tienes: en él brotan dulces de tu aliento;
si estás conmigo... rauda, alma enamorada, vienes
conteniendo el soplo que custodias
en extenso, enérgico y valiente movimiento.
Pero, ahora, buscarte en mi sombra quiero
-entre el miedo de vivir y de morir-
porque con insistencia mi esencia te señala,
al punto que hasta el recordarte se sorprende
y que oírme en cada instante quieras.
Alma conquistadora y enamorada…
moradora de mis sueños todos:
por tu fuego de luz, por tu madrugada,
haz logrado hacer este día pequeño,
pues, soñar sigo pretendiendo para poder decir…
¡Que pecar nuevamente quiero!!!
Emilio Glivel P. A.
By
PIPOLL-2021