La conocí una noche
cuando andaba de parranda
ella se percató de mis ojos y mi mirada
yo sentí que me miraba. La música nos invito
y consintió que me acercara
para sacarla a bailar
hasta la madrugada.
La música de suave sonido
las luces medio apagadas
su cuerpo pegado al mío
los pies como si volaran
y mis manos delicadamente
a su cintura aferradas.
Ella me dijo su nombre
yo, como me llamaba
y cuando se acabó la noche
y a clarear empezaba
la invite a venir conmigo
a tomar una copa en mí casa,
ella me dijo que no
porque estaba casada.
Y allí me dejó plantado
dándome dos besos en la cara
y al despedirse de mí
me dijo que me acordara
alguna vez su nombre
y de esta grata velada.