Tal vez un día quedará mi rosal
lleno de flores mientras yo me vaya,
tal vez la arena, las olas, la sal,
tal vez un sol triste muera en la playa.
Pero el espíritu que al ser domina,
para que el verso no se quede hundido,
entre la arena más caliente y fina
se quedará mi corazón dormido.
Porque al quejido que acompaña el verso
nunca le pudo el reloj que duerme
y va vagando, en un pensar inmerso
sin que el deseo ni el amor se merme.
Tal vez mañana mi rosal se quede
sin flores en sus brotes, los más tiernos
y un corazón triste hará que herede
tras un recuerdo añejo, los infiernos
Mario Garcia
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