Voy ausentandome de mi
Poco a poco, el lastre de ensueño cede
su sitio a la realidad doble
que es mi vida en transcurso
otro ser dentro de mi carne
fragua su carne,su piel
su corazov diminuto, mi estrella
Asisto a la escisión silenciosa con pasmo anhelante, con gozo nuevo de verme en otros ojos míos, de mis ojos hechos, de mi sangre coloreados, ¡ay!, de toda cuanta soy.
Día por día el latido es golpe que me recuerda, urgente, valor que no tengo, heroísmo que nunca soñé.
Y temo por el que estoy creando
en convenido misterio
dentro de mi soledad sin orillas
cerca de mi corazón, su estrella.
Carmen Conde
|