Amor: Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal. El amor, para que sea auténtico, debe costarnos.
Hacer : A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota. Sufrimiento: Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a Él, y para hacernos reconocer que no somos nosotros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control, y podemos confiar plenamente en Él.
Frutos: El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz.
Trabajo: No puedo parar de trabajar. Tendré toda la eternidad para descansar.
Paz: La paz comienza con una sonrisa.
Constancia: Para lograr que una lámpara esté siempre encendida, no debemos de dejar de ponerle aceite.
Dar: Dar hasta que duela y cuando duela dar todavía más.
Silencio: Cada obra de amor, llevada a cabo con todo el corazón, siempre logrará acercar a la gente a Dios.
Oración de la Madre Teresa de Calcuta:
Padre Celestial, nos has dado un modelo de vida en la Sagrada Familia de Nazaret. Ayúdanos, Padre amado, a hacer de nuestra familia otro Nazaret, donde reine el amor, la paz y la alegría. Que sea profundamente contemplativa, intensamente eucarística y vibrante con alegría. Ayúdanos a permanecer unidos por la oración en familia en los momentos de gozo y de dolor. Enséñanos a ver a Jesucristo en los miembros de nuestra familia especialmente en los momentos de angustia. Haz que el corazón de Jesús Eucaristía haga nuestros corazones mansos y humildes como el suyo y ayúdanos a sobrellevar las obligaciones familiares de una manera santa. Haz que nos amemos más y más unos a otros cada día como Dios nos ama a cada uno de nosotros y a perdonarnos mutuamente nuestras faltas como Tú perdonas nuestros pecados.
Ayúdanos, oh Padre amado, a recibir todo lo que nos das y a dar todo lo que quieres recibir con una gran sonrisa. Inmaculado Corazón de María, causa de nuestra alegría, ruega por nosotros. Santos Ángeles de la Guarda permaneced a nuestro lado, guiadnos y protegednos. Amén. Dios los bendiga. -Madre Teresa M.C
|