A veces, las personas nos encontramos en situaciones en las que nos parece imposible avanzar. Depende de como nos percibamos a nosotros mismos encontraremos soluciones a nuestros problemas o nos quedaremos bloqueados.
Las tres posiciones primarias desde las que es posible contemplar una situación son:
- Primera posición: desde la primera posición vemos, oímos y sentimos la situación desde nuestros propios ojos, oídos o emociones, es decir, vivimos la situación desde dentro de nuestra propia piel.
La primera posición es interesante cuando queremos fijarnos unos objetivos iniciales o cuando queremos crear una opinión propia.
- Segunda posición: desde la segunda posición nos metemos en la piel de otra persona y vivimos la experiencia como si fuéramos esa otra persona. No se trata de ponernos en el lugar de la otra persona de forma intelectual, sino vivencial, sintiendo lo que la otra persona sentiría en esa situación.
Con la segunda posición es muy fácil entender la percepción que la otra persona tiene de algo, por lo que se puede utilizar cuando nos cuesta comprender las reacciones de los demás.
- Tercera posición: desde la tercera posición nos distanciamos de la situación y la vivimos como si fuéramos alguien neutral, como si fuéramos un testigo ajeno, sin emociones.
La tercera posición nos acerca a la objetividad y la podemos utilizar cuando no queremos que nuestros sentimientos influyan en nuestras decisiones.
Al utilizar esta técnica de las posiciones perceptivas jugamos al juego del "como si". No es necesario que algo sea verdad, sino que basta con imaginarnos que lo es. En realidad, lo que hacemos es abrir nuestro mundo a nuevas opciones y evitar así el bloqueo. La salud mental consiste, entre otras cosas, en combinar sabiamente estas tres posiciones con el fin de establecer pautas flexibles que proporcionen vías de acercamiento hacia nuestros propios deseos y las necesidades de los demás.
Estamos asociados a una experiencia cuando la vivimos emocionalmente en primera posición y estamos disociados cuando la vivimos sin relación emocional, en tercera posición. Son experiencias diferentes que todas las personas hemos tenido.
Por eso, si estás viviendo algo con respuestas emocionales y quieres "salirte" de la emoción, no tienes más que imaginártela desde fuera, es decir, desde la tercera posición, tal como la viviría un espectador ajeno al conflicto.
La técnica es la siguiente:
- Paso 1: Identifica el suceso que te está produciendo malestar. Si es una imagen, fíjate si estás viendo la escena desde dentro de tus ojos, en primera posición.
Si es un sonido, fíjate si se trata de algo que te dices a ti mismo con tu propia voz.
- Paso 2: Imagínate que sales de tu cuerpo, como flotando por el espacio, y que te ves a ti mismo allá abajo.
Si es algo que te dices de forma auditiva, imagina que eso que oyes lo dice otra persona con su voz, no con la tuya (te pueden servir las voces de los personajes de Disney. La voz del Pato Donald es muy útil para disociarnos de algo)
- Paso 3: ¿Ha cambiado la sensación? Si no ha cambiado, modifica la perspectiva desde la que te ves desde fuera. Es decir, si has flotado por el espacio y te veías desde arriba y por delante, ¿qué ocurre si te ves desde atrás, por la espalda?
Si la voz del Pato Donald no cambia la sensación, ¿qué te parece si pruebas con otros tipos de voces, el Oso Yogui, Pixy y Dixy, etc. Seguro que al Pato Donald no le importa.
Lo más probable es que haya cambiado. No es lo mismo imaginar algo que nos produce malestar como algo propio, que imaginarlo como algo exterior a nosotros. Cuando una persona llora viendo una película, generalmente es porque se coloca en la primera posición del personaje y vive los sentimientos del protagonista.
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