Hasta ahora la ciencia dejaba de lado el estudio de las religiones. Pero con los nuevos estudios los científicos nos están revelando muchos secretos.Nos están ayudando a resolver muchas incógnitas y a entenderlas mejor. ¿existe una explicación evolutiva para el nacimiento y la presencia de la religión?, ¿ logrará la ciencia refutar la religión?. A estas y otras cuestiones intentaremos dar respuesta esta semana en Redes.
Tenemos una ideología según la cual todas las cosas del mundo se rigen por decisiones racionales, por lo económico y por el dinero. Pero hemos descubierto que esto no es así. Si para ciertas personas algo es sagrado, ya sea su tierra, sus derechos o el reconocimiento de su identidad, y se les pide que lo cambien por algo, dirán que no, y probablemente responderán con indignación, rabia, y quizá con violencia. ¿Qué papel juegan aquí las creencias?, ¿hasta dónde llega su poder?...
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Esta semana contamos de nuevo con la presencia del profesor Scott Atran, Investigador de Dinámica de Grupos de la Universidad de Michigan, EEUU. Con él vamos a poder comprobar que la religión también puede ser entendida desde la antropologia y que nuestros valores y creencias mas sagrados tienen una base menos espiritual de lo que soliamos pensar.
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Bloque 1
Eduard Punset:
Has escrito un libro maravilloso, In Gods We Trust, en el que sugieres que existe un propósito evolutivo, o una explicación evolutiva, para el nacimiento y la presencia de la religión. ¿Qué puedes contarnos sobre ello?
Scott Atran:
Pues bien, al intentar explicar los fenómenos culturales (aunque, dicho sea de paso, yo creo que todo lo cultural es biológico, de la misma manera que todo lo biológico es físico) las únicas explicaciones biológicas con las que contamos son las darwinianas. Hay dos tendencias para intentar explicar la religión. La primera consiste en considerar la religión como un todo: una unidad cultural, o una unidad de la mente, o de la sociedad, que presenta una estructura y una función. Y dicha función tiene que haber evolucionado para algún propósito… El propósito puede ser aumentar la solidaridad, o el compromiso, o ayudar a los poderosos a mantenerse en el poder… hay muchas explicaciones pseudodarwinianas.
Eduard Punset:
O disipar el miedo…
Scott Atran:
Eso es, aplacar el miedo a la muerte. Y a menudo se equipara a una colmena, y se cree que las personas se comprometen con la religión igual que las abejas se comprometen para salvar su colmena, y que a veces las personas se sacrifican por la religión, de la misma manera que las abejas se sacrifican por su colmena. ¡Creo que estas explicaciones son terriblemente simplistas, además de erróneas! En mi opinión, la religión es un fenómeno mucho más complejo: más difícil de explicar y de entender… en cierto modo, es como las líneas de la palma de la mano, que son subproductos de la evolución. La mano evolucionó para asir y lanzar objetos, pero las líneas de la mano se formaron, simplemente, como accidentes de esa evolución. Y la religión es una confluencia de muchos accidentes de este tipo. Para visualizarlo, yo me imagino un paisaje montañoso, un valle entre las montañas. Este paisaje incluye diferentes cordilleras: el primer grupo de cordilleras son las emociones. Las montañas con los picos más altos se erigen en la historia de la evolución hacia el cerebro reptiliano, con emociones como el miedo y la sorpresa. Un poco más abajo, más cerca del fondo del valle, tenemos el amor, la fidelidad, la lealtad, el orgullo; emociones más cercanas a nosotros como seres humanos. Después tenemos un segundo grupo de cordilleras, que representan las interacciones sociales… ahí está el ojo por ojo (la estrategia del hoy por ti, mañana por mí), y luego, un poco más abajo, montañas menos elevadas con estrategias como la altruismo reciproco (tú haces algo por mí ahora, y quizá otro día yo haga algo por ti…) Los murciélagos lo hacen. Por último, descendiendo hacia las profundidades del valle, tenemos la capacidad de sacrificarnos por aquellos con quienes no compartimos parentesco, que no están relacionados genéticamente con nosotros. Pero hay un tercer tipo de cordilleras, integrado por modelos psicológicos, como las facultades mentales, tres de las cuales son muy importantes: en primer lugar está la física popular: sabemos que desde el nacimiento, cuando les mostramos a bebés de 3 semanas imágenes de objetos en movimiento, cubriéndolos con una pantalla (por ejemplo, tenemos una pelota y la cubrimos con una pantalla, levantamos la pantalla y de repente aparecen dos), el bebé [TCR: 00:35:07: hace el gesto] se chupa el dedo, de modo que constatamos que supone una sorpresa para su facultad innata, que es algo inesperado. Así es como podemos reconstruir la física que percibe el bebé. Y podemos hacer lo mismo con la biología, para ver cuál es pensamiento biológico del bebé, cómo clasifica las cosas del mundo. La tercera facultad es la psicología, la psicología popular, la manera en la que el bebé llega a entender que no eres un zombi, sino que tienes pensamientos, e intenciones, y deseos, y emociones como las que siente él.
En cualquier caso, a medida que la gente pasea al azar por este valle entre las montañas, sucede como con la lluvia: no importa donde caiga, todo parece desembocar en este sendero que yo llamo religión. Es natural, y no todo el mundo llega ahí directamente, además hay muchos factores que entran en juego, como los acontecimientos deportivos por un lado, o las ideologías por otro, con aspectos semejantes a la religión. Pero la religión, especialmente la creencia en lo sobrenatural, no deja de ser algo parecido a las líneas de la mano.
Bloque 2
Eduard Punset:
Scott, ¿explicaría tal vez esa disparidad de factores por qué la religión ha sobrevivido durante tantísimo tiempo?
Scott Atran:
Sí, ¡eso creo! Tenemos una tendencia natural hacia la religión… porque puede ayudarnos a afrontar muchas cosas para las la vida que no nos prepara, como la tragedia de la cognición: por pura casualidad somos conscientes de la muerte, como consecuencia de nuestra capacidad de viajar en el tiempo, de tener una memoria episódica. ¡Pero todo en nuestro cuerpo sobrevive para evitar la muerte! Y nosotros tenemos la cognición de que es inevitable, las pruebas empíricas son abrumadoras. Lucrecio y Epicuro intentaron zanjar el problema a través de la razón, diciendo: «antes de que naciéramos hubo una infinidad de generaciones, y eso no nos importa, porque no estábamos vivos. Pues bien, después de nuestra muerte, también habrá infinidad de generaciones…» pero este argumento no convenció a nadie. Se necesitaba algo más para evitar la desazón. Y de ahí surge la creencia en un mundo sobrenatural, que es un mundo muy extraño: un mundo casi igual que el nuestro, con diferencias mínimas. En la Biblia o los Vedas solamente aparecen un par de milagros, el resto son tormentas, y fornicaciones, y gente que come y duerme…
Eduard Punset:
Lo mismo.
Scott Atran:
Sí, con alguna diferencia minúscula.
Eduard Punset:
¡Sí! Alguien me dijo que, a diferencia de lo que lo que creen la mayoría de creyentes (que los hombres y las mujeres son un reflejo de Dios), en realidad sucede lo contrario: fabricamos dioses a nuestra imagen: son como seres humanos.
Scott Atran:
Seres humanos… con una pequeña diferencia.
Eduard Punset:
Con una pequeña diferencia…
Scott Atran:
Recuerda que antes hablaba de las tres facultades principales: la física, la biología y la psicología, que son innatas, como órganos de la mente. Casi podemos representarlo en una cuadrícula de tres por cuatro, donde estos tres factores, la física, la biología y la psicología generan una especie de ontología intuitiva de cuatro elementos: persona, animal, planta y sustancia. Luego podemos colocar un uno o un cero en cada una de las casillas, y si cambiamos solamente uno de los elementos, creamos un mundo sobrenatural. Pero si cambiamos dos, se vuelve demasiado difícil de recordar. Por eso encontramos mundos en los que prácticamente podemos predecir todos los dioses posibles, simplemente viendo cómo cambian estas casillas.
¿Y quiénes son los dioses? Nuestros dioses tienen las mismas emociones que nosotros. No tenemos que enseñarles a nuestros hijos que Dios ríe, o que Dios es feliz… con solamente darles una emoción, con decirles que Dios está enfadado, o que Dios está celoso, para todo lo demás se aplica el sentido común, que recrea al resto de Dios. O por ejemplo, si les decimos que Dios puede mover una montaña, no necesitaremos decirles que Dios puede sostener una pelota de baloncesto, o mover un coche… esto se nos ocurre con naturalidad, porque, de nuevo, Dios es como una persona. En nuestro caso, Dios es exactamente como nosotros salvo en una cosa: ¡no tiene sustancia! Es todopoderoso y omnisciente, lo que no tiene ningún sentido… hicimos un experimento y les preguntamos a estudiantes, por un lado, y a teólogos, por otro, lo siguiente: «imagina que el pequeño Johnny está en un río, con el pie atrapado bajo una roca y el nivel del agua empieza a subir. En el otro extremo del mundo, María, una niña pequeñita de tres años, se cae a las vías del tren y el tren se acerca. Ambos le ruegan a Dios al mismo tiempo que les salve la vida. ¿Qué hará Dios?». E incluso los teólogos empiezan a hacer preguntas como a qué velocidad llega el tren, o si María tiene hermanos o hermanas, si es la más pequeña, si quedará alguien más… y eso pasa porque nadie puede imaginar realmente lo que significa ser todopoderoso y omnisciente, e interpretan a Dios como interpretarían a cualquier otra persona, con algunos poderes más. Las religiones son nuestro mundo con un cambio muy pequeño, mínimo.
Eduard Punset:
¿Y logrará la ciencia refutar la religión?
Scott Atran:
No creo que se pueda refutarla… es como lo de la tetera de Russell, ¿sabes? Bertrand Russell tenía una analogía fantástica: la de una pequeña tetera que circulaba por el universo, orbitando alrededor del sol, y él decía: «si yo sostuviera la teoría de que hay pequeñas teteras azules orbitando alrededor del sol y alguien me preguntara si se puede refutar, la verdad es que no podría refutarlo… ¿pero significa esto que yo, como científico, deba dedicar mi tiempo a intentar demostrar que las teteras existen de verdad?»
Eduard Punset:
Así que no podemos refutarla.
Scott Atran:
No. [Eduard ríe] no, pero… ¿sabes? La teoría que acabo de explicarte tiene un problema.
Eduard Punset:
Sí.
Scott Atran:
Y es que también explica la ficción. Explica los dibujos animados de Mickey Mouse, y por qué nos gustan: porque son como nuestro mundo; Mickey Mouse es como si fuera de nuestro mundo pero con una pequeña diferencia: ¡es un ratón!
Eduard Punset:
Es un poco distinto…
Scott Atran:
¿Y qué es lo que diferencia a Mickey Mouse de Dios? ¡Por supuesto, hay religiones que tienen a seres como Mickey Mouse por dioses! ¿Pero por qué, para nosotros, hay una diferencia? Creo que la diferencia es que la gente está dispuesta a morir por nuestros dioses, pero no está dispuesta a morir por Mickey Mouse. Y la pregunta es por qué esta ficción, porque es una ficción desde la perspectiva científica (porque contradice a la intuición, a los hechos…)
Eduard Punset:
Sí, es contraituitiva…
Scott Atran:
¿Por qué esta ficción tira por tierra los mejores argumentos económicos, políticos, y toda la racionalidad? ¿Por qué hace que nos comprometamos (arriesgando nuestras vidas, nuestras fortunas y nuestro honor) si nada más lo logra, si ninguna cosa razonable lo lograría? ¿Por qué esto sí?
Bloque 3
Eduard Punset:
Y no se trata de lo que creíamos… la solución a este enorme y profundo conflicto, este malestar y este conflicto de carácter político, tras leer todo lo que has escrito, y lo he leído todo…
Scott Atran:
Sí, ¡tú y mi madre!
Eduard Punset:
(Risas) ¡Tu madre y yo, es verdad! Pero la solución al parecer no es el dinero, ¿verdad? Ni las bombas… tú les sugieres a los gobiernos que ésta no es la manera de acabar con el problema.
Scott Atran:
No. Tenemos una ideología según la cual todas las cosas del mundo se rigen por decisiones racionales, por lo económico y por el dinero; que todo se puede intercambiar por otra cosa; que todo tiene un precio, que incluso hay un precio para la paz. Pero realizamos estudios en Palestina e Indonesia, y descubrimos que si para ciertas personas algo es sagrado, ya sean bienes inmuebles o su tierra o sus derechos o su reconocimiento, y le pides que lleguen a una situación de compromiso y lo cambien por algo, dirán que no, responderán con violencia, indignación, rabia… podemos medir todas estas cosas. Y si a continuación les ofrecemos un montón de dinero, de hecho logramos que personas de la Administración les hicieran una oferta a los palestinos para que los de Hamas y las autoridades de viviendas públicas (PHA) reconstruyeran el país, y hablo de ofertas REDES
Bloque 3
Eduard Punset:
Y no se trata de lo que creíamos… la solución a este enorme y profundo conflicto, este malestar y este conflicto de carácter político, tras leer todo lo que has escrito, y lo he leído todo…
Scott Atran:
Sí, ¡tú y mi madre!
Eduard Punset:
(Risas) ¡Tu madre y yo, es verdad! Pero la solución al parecer no es el dinero, ¿verdad? Ni las bombas… tú les sugieres a los gobiernos que ésta no es la manera de acabar con el problema.