Bloque 0
Douwe Draaisma: La gente se formula todo tipo de preguntas. La gente pregunta por qué los olores nos traen recuerdos antiguos, o bien por qué nos olvidamos de las cosas que pasaron cuando teníamos 40 años, o por qué existe el déjà vu…
Bloque 1
Eduard Punset: El misterio, y ésta es mi primera pregunta, el misterio es que hasta que tenemos unos 3 años…
Douwe Draaisma: Sí
Eduard Punset: …¡no recordamos absolutamente nada de lo que nos ha pasado! Desde que nacemos, y empezamos a respirar oxígeno, hasta que tenemos 3 años, ó 5, ó 2 y medio… ¿Por qué? ¿Por qué pasa esto?
Douwe Draaisma: Bueno, sí que recordamos algunas cosas, recordamos quién ha sido agradable con nosotros, lo que nos gusta, incluso con 2 años... pero no parece que tengamos lo que denominamos recuerdos autobiográficos, así que para mucha gente sus primeros recuerdos son de cuando tenían 3 ó 4 años. Y esto puede estar relacionado con el desarrollo del cerebro: cuando el cerebro está creciendo tan rápido, en los primeros años de vida, es muy difícil retener un recuerdo en un tejido que experimenta tantos cambios. De modo que para mucha gente, su primer recuerdo, su primer recuerdo autobiográfico, es de cuando tenía 4 ó 5 años.
Eduard Punset: ¿Y qué pasa con estos primeros recuerdos? Normalmente…
Douwe Draaisma: Me temo que desaparecen. Eso me temo, porque están almacenados en un tejido que cambia. Y también hay un segundo factor, quizá, que tiene que ver con el lenguaje. Antes de los 2 ó 3 años, carecemos de lenguaje. Y muchos de nuestros recuerdos se conservan a través del lenguaje. Así que cuando volvemos atrás en nuestros recuerdos, es muy difícil utilizar el lenguaje para acceder a estos recuerdos antiguos... es como si estuvieran en una habitación y hubiéramos perdido la llave…
Eduard Punset: ¿El lenguaje o la memoria visual?
Douwe Draaisma: La mayoría de los primeros recuerdos son visuales. No son historias, no son algo narrado en palabras, por así decirlo. Son películas breves, tal vez. Mi primer recuerdo es de cuando tenía 2 años y medio... recuerdo que me enganché el pie en los radios de la bicicleta de mi madre. Es un recuerdo muy corto… casi una fotografía, una instantánea. Y la consternación de mi madre, y de mi tía, que también estaba allí…
Eduard Punset: ¡Madre mía!
Douwe Draaisma: Es un primer recuerdo típico: muy corto, una imagen visual…
Eduard Punset: ¿Y pasó de verdad?
Douwe Draaisma: Sí, pasó de verdad. Me lo han confirmado, porque tuve que ir al médico. [risas] Para muchos niños holandeses éste es un primer recuerdo común: los accidentes con la bici.
Eduard Punset: Pero hay muchas veces que estos primeros recuerdos no se confirman después…
Douwe Draaisma: Resultan ser falsos
Eduard Punset: Resultan ser falsos, ¿no?
Douwe Draaisma: Sí, es verdad, es muy difícil. A menudo una historia que se cuenta en la familia se convierte en un recuerdo. O algo que lees, o que has visto en una foto… nadie lleva un registro de lo que pasó cuando tenías 3 ó 4 años, así que es muy difícil confirmar estos recuerdos. Y muchas veces no es más que una historia, algo que te han contado.
Bloque 2
Eduard Punset: Hay algo que viene de muy atrás… estoy seguro que los hombres de Cromagnon, hace 30.000 años, ya lo pensaban. Y seguro que en la Edad Media la gente seguía diciendo que era cierto, e incluso lo encontramos hoy en día. Es lo siguiente: las personas que han estado en peligro de muerte afirman, una vez se han recuperado que, como en un flash, vieron ante ellos… bueno, contemplaron su vida antes de ese momento.
Douwe Draaisma: Como en una película, es cierto.
Eduard Punset: Como una película. ¿Es verdad o es una tontería? Douwe Draaisma: Puede que sea verdad. Hay mucha gente, gente en la que se puede confiar, que dice que ante una situación de peligro para su vida vieron un flash de imágenes de recuerdos antiguos, etcétera. Y también que esta película era muy rápida, pero que no era algo… que les atemorizara. Tal vez nuestro cerebro, en estas circunstancias concretas, vaya tan terriblemente rápido que es como si la vida disminuyera de velocidad… la gente que ha tenido un accidente de coche, por ejemplo, a veces afirma, refiriéndose al momento en el que el accidente era inminente, que fueron unos pocos segundos, pero que les pareció que esos segundos duraban mucho más…
Eduard Punset: Ya veo…
Douwe Draaisma: …de lo que duraron realmente. Y en ese período el cerebro libera quizá todo tipo de recuerdos de la infancia, que crean la impresión de ver una película, y es verdad que hace mucho que la gente dice esto… decimos que es como una película, pero incluso antes de que se inventara el cine la gente tenía esta experiencia… y lo comparaban a un panorama, como si todo lo que les había pasado en su vida fuera como un panorama ante ellos. Así que sin duda es una experiencia antigua y hace tanto que se cree esto que me parece que tal vez sea verdad.
Eduard Punset: Así que sugieres que en esos segundos antes del accidente, por ejemplo… el tiempo se ralentiza…
Douwe Draaisma: Sí
Eduard Punset: Y...
Douwe Draaisma: ¡Porque el cerebro se acelera!
Eduard Punset: …porque el cerebro se acelera…
Douwe Draaisma: Sí. Hay una descarga súbita de adrenalina, el cerebro se acelera, y eso hace que el cerebro actúe como una especie de cámara de alta velocidad, y que parezca que todo se haya ralentizado. Y en este tiempo adicional, por así decirlo, se pueden ver estas imágenes que libera la memoria, y que proceden de la primera infancia.
Eduard Punset: Hay otro misterio que denominas «déjà vu». Cosas que quizá nunca sucedieron, pero que sin embargo estás convencido de que ya han pasado. Y… ¿sabes? Es increíble… porque ahí es cuando uno dice: «bueno, ¡tal vez ha pasado en otra vida!»
Douwe Draaisma: Sí
Eduard Punset: «¿Es algo genético? ¿Tendrá que ver con los sueños? Lo habré soñado… ¡juraría que ya he estado en esta situación!»
Douwe Draaisma: Sí
Eduard Punset: Pero jamás sucedió… ¿cómo lo explicas?
Douwe Draaisma: Creo que hay que descartar la hipótesis de vidas anteriores.
Eduard Punset: Claro. ¡Eso imagino!
Douwe Draaisma: Porque toda la situación consiste en la repetición, puede que aparezca un teléfono móvil en escena, y no podrías tener un móvil en una vida anterior. Así que tiene que ver con la vida tal y como es ahora. Creo que un déjà vu… aunque toda la situación parezca repetida, me parece que la explicación más plausible es que se trata de una falta temporal de concentración, en la que tenemos una experiencia, no la procesamos correctamente, y de repente centramos nuestra atención de nuevo en esa experiencia, y la primera experiencia parece un eco que resuena tras la experiencia posterior. Y como es un eco tenue y difuso nos parece que sucedió hace mucho tiempo, aunque en realidad sólo haya pasado unos cuantos milisegundos antes.
Eduard Punset: Las sensaciones de déjà vu, aparentemente se aplican también a los olores, ¿verdad?
Douwe Draaisma: Sí
Eduard Punset: ¿Cómo Puede pasar?
Douwe Draaisma: Los olores tienen una característica peculiar, y es que pueden traernos recuerdos muy antiguos, y esto puede deberse a lo que preguntabas antes sobre por qué olvidamos lo que sucedió antes de tener 3 ó 4 años.
Eduard Punset: ¡Claro!
Douwe Draaisma: Porque los olores no implican lenguaje, puedes describir un olor diciendo que es parecido a una naranja, o lo que sea, ¡pero si tuvieras que describir cómo huele una naranja sin utilizar la palabra naranja estarías perdido! ¡Sería casi imposible! Y puede que los olores queden guardados… que los recuerdos que implican olores queden almacenados sin lenguaje, ¡lo que significa que también puede accederse a ellos sin lenguaje! Así que quizá se pueda acceder a una parte temprana de nuestra vida porque se almacenó sin lenguaje.
Bloque 3
Eduard Punset: Es asombroso, ¿no? Pensemos en la importancia de las fechas, por ejemplo, en la historia. Cuando éramos niños nos masacraban, prácticamente, con las fechas, como el 1492: Descubrimiento de América… Y resulta que lo primero que olvidamos, al parecer, son las fechas, y en su lugar recordamos dónde ha pasado algo o quién estaba allí.
Douwe Draaisma: Sí
Eduard Punset: ¡Nada que ver con las fechas!
Douwe Draaisma: No.
Eduard Punset: ¿Por qué?
Douwe Draaisma: Cuando grabas un vídeo, aparece una fecha debajo de la imagen. Pero la memoria no funciona así. La memoria selecciona características como quién estaba allí, qué pasó, si fue peligroso, o agradable, cómo olía, cuál era el aspecto de la escena, etcétera.
Eduard Punset: Pero no el tiempo
Douwe Draaisma: Ni el tiempo ni la fecha, no. Es muy difícil ponerle una fecha a los recuerdos. Y cuanto mayor es la gente, más dificultad tiene para fechar los sucesos. Uno se pregunta: «esta cena… ¿fue hace 2 meses o 6?» Cuanto mayor eres, más difícil te resulta ponerle una fecha a los acontecimientos.
Eduard Punset: En tu fantástico libro, que trata sobre estos temas… lo llamas «el efecto de la reminiscencia»
Douwe Draaisma: ¡Exacto!
Eduard Punset: Y, corrígeme si me equivoco, pero afirmas, grosso modo, que en lugar de recordar acontecimientos mundiales, los acontecimientos mundiales son para ti lo que te pasó cuanto tenías 20 años.
Douwe Draaisma: Eso es.
Eduard Punset: Pero es sorprendente. ¿Cómo funciona esto?
Douwe Draaisma: Es un hecho constatado que, cuando las personas se acercan a los 60 o los 70, parece que tengan menos recuerdos de su edad adulta y más recuerdos de cuando tenían 15 ó 20 años. Se trata de un efecto que no existe cuando tienes 40 años. Y puede que se deba al hecho de que cuanta más repetición y más rutina hay en tu vida, más difícil es tener recuerdos de ello. Cuando tienes 60, gran parte de tu vida ha estado llena de repetición y de cosas que pasan diez veces, cientos de veces quizá; mientras que con 15 ó 20 años, hay muchos recuerdos de cosas que suceden por primera vez. Tienes tus primeras experiencias sexuales, tus primeras vacaciones sin los padres, tu primer día en un trabajo, tu primera vez en un nuevo contexto educativo, etcétera. La vida con 20 años está llena de primeras veces, y tenemos muy buena memoria para las cosas que pasan por primera vez, y muy mala memoria para las cosas que se repiten cientos de veces.
Eduard Punset: Douwe, qué les dirías a nuestros teleespectadores, ¿hay algunas pistas en la vida cotidiana de que nos está pasando algo malo? pienso en la falta de una memoria predecible… del tipo «¿dónde he dejado eso?»
Douwe Draaisma: Sí
Eduard Punset: ¿Es algo malo? Si me olvido de dónde dejé las llaves, u olvido…
Douwe Draaisma: No, no… cuando la gente se hace mayor, siempre se quejan de tres cosas. La primera es olvidar los nombres…
Eduard Punset: Sí
Douwe Draaisma: Te encuentras a alguien por la calle y no recuerdas cómo se llamaba. La segunda es olvidar palabras en general. Y la tercera es dejar las cosas y no poder encontrarlas luego. Es una consecuencia natural de hacerse mayor. Creo que se debe al metabolismo, al envejecimiento del cerebro, del cuerpo... es natural que pase. Lo curioso es que cuando le preguntas a la gente de 30 años cuáles son sus quejas respecto a su memoria, tienen las mismas que la gente mayor, sólo que te dirán: «claro, tengo una vida ajetreada, frenética, no me extraña que olvide los nombres o pierda las cosas» etc.
Eduard Punset: ¡Y tú dices que a los 30 no es normal!
Douwe Draaisma: Exacto
Eduard Punset: Que hay que empezar a preocuparse…
Douwe Draaisma: Sí, sí.
Eduard Punset: ¿Por qué no terminamos con el título de tu libro?
Douwe Draaisma: De acuerdo
Eduard Punset: Porque es un título estupendo, ¿no? «Por qué la vida se acelera a medida que nos hacemos mayores» ¿Y por qué sucede? ¿Es verdad, para empezar?
Douwe Draaisma: Creo que es verdad. Le he preguntado a mucha gente cuándo empezaron a tener la sensación de que la vida se aceleraba, y me parece que la mayoría de la gente, cuando llega a los 40, tiene la impresión de que los años son más cortos cada año, que los meses se encogen, y que las Navidades cada vez llegan más rápido… Y esto sigue acelerándose, cuando tienes 60 parece que la vida vaya incluso más rápido que cuando tenías 40. Cabe recordar que la velocidad subjetiva del tiempo se genera, de hecho, en la memoria. Juzgamos el tiempo en función del número de recuerdos que tenemos y su intensidad... así juzgamos el tiempo. ¡Y esto es así incluso para períodos cortos de tiempo! Ayer llegué de Holanda a la hermosa ciudad de Barcelona, y me percaté de que, incluso si sólo se trataba de un día, ese día parecía haber durado más de lo que habría durado si me hubiera quedado en casa. Porque tenía impresiones nuevas, nuevos recuerdos… el viaje, el trayecto… la visita a la ciudad, etcétera. Así que el día estaba tan lleno de nuevos recuerdos que parecía que el tiempo se expandiera, y si lo aplicamos a la escala de la vida, entonces podemos decir que cuando tenemos muchos recuerdos de experiencias nuevas, este período parece alargarse; mientras que la mediana edad, llena de repetición, parece encogerse.
Eduard Punset: ¿Encogerse?
Douwe Draaisma: Sí
Eduard Punset: Si lo que dices es verdad… probablemente deberíamos aconsejar a las personas mayores que llenaran sus días de acontecimientos…
Douwe Draaisma: Eso es
Eduard Punset: Y emociones… ¿verdad?
Douwe Draaisma: Que viajen, quizá. O tengan nuevas aficiones. Lo importante es tener nuevas impresiones, porque eso generará nuevos recuerdos, nuevas experiencias… ¡y ralentizará la velocidad subjetiva del tiempo!
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