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REDES: ¡ LOS MIEDOS DEL FUTURO, MENUDO YUYU !
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De: ESKARLATA (Mensaje original) |
Enviado: 16/06/2009 14:37 |
Vivimos en una sociedad en que la tecnología nos solo es inherente en nuestras vidas, sino que también nos gobierna. A lo largo del tiempo la tecnología ha ido solventado nuestras necesidades, pero el avance técnico científico de la sociedad del bienestar ha hecho que fuera imposible prescindir de ella. Esto nos aterroriza, y ha creado un debate ético, político y social complejo e imparable.
¿Por qué desconfiamos de alimentos trangénicos? ¿Realmente conocemos sus riesgos e implicaciones? ¿Qué miedos ha generado la química y la física en el pasado? ¿Qué miedos llegarán con la nanotecnología?
Sheila Jasanoff es Catedrátrica de Estudios de la Ciencia y la Tecnología en la Universidad de Harvard. En esta entrevista, ha analizado la interacción entre ciencia, derecho y política en algunas sociedades democráticas occidentales.
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EDUARD PUNSET:
Se supone que vivimos en una sociedad basada en el conocimiento ¿no? Y, si es así, y seguramente es así, no hay nada más importante que la transferencia global de las habilidades tecnológicas y los conocimientos científicos. No hay nada más importante.
Pero ¿Cuál es el resultado de todo esto?
SHEILA JASANOFF:
Mucha incertidumbre y mucho miedo, éste es uno de los resultados.
Creo que la gente cada vez es más consciente de algo que se estudia en el campo del estudio social de la ciencia y la tecnología, algo que hace tiempo que hemos identificado: que la tecnología no sólo nos permite hacer cosas, sino que también nos gobierna. La tecnología es un sistema de gobierno, y creo que las diferentes poblaciones del mundo se están dando cuenta de ello y, en cierto modo, les preocupa que si compran el producto final, el producto que se encuentra en el mercado…
EDUARD PUNSET:
Están comprando el paquete completo...
SHEILA JASANOFF:
Están comprando toda una infraestructura invisible.
Por ejemplo, en el caso de los alimentos transgénicos, el contexto del mercado para el desarrollo de este tipo de productos en Estados Unidos es radicalmente distinto del de un país en vías de desarrollo, e incluso del mercado de Europa occidental. Y creo que las personas tienen miedo de que, al aceptar un nuevo desarrollo tecnológico, necesariamente están
aceptando y asumiendo todo el estilo de vida que lo rodea. Por lo tanto, no sólo es una cuestión de ir a un concesionario y comprar el coche que mejor se adapte a ti por el color, por el tamaño de los alerones o por lo que sea, sino que realmente están comprando todo un nuevo estilo de vida que depende de dicho coche, y lo mismo sucede con los transgénicos y la biotecnología.
EDUARD PUNSET:
Cuando hablamos de la física, ésta tiene muy mala reputación desde la Segunda Guerra Mundial, desde la invención de la bomba atómica. Y lo mismo sucede con la química por las cámaras de gas de los nazis, el bioterrorismo, etc. Sin embargo, la biología y la biotecnología tienen un aspecto más bien inocente, sin pecado. Y yo me pregunto cómo países distintos como Estados Unidos o Europa han reaccionado ante el crecimiento, ante la gran evolución, de la biotecnología, la tecnología de la vida y la biología.
SHEILA JASANOFF:
Yo creo que la historia de cada país es muy distinta, tal y como argumento en mi libro. La ciencia y la tecnología no se desarrollan de forma universal, sino que tienen una fuerte carga cultural. Antes decías que la biología parece estar libre de todo pecado, pero hay un país en que no es así, y ese país es, obviamente, Alemania. La población en Alemania cree que la biología puede unirse a las fuerzas del Estado y producir unos resultados muy negativos en nombre de la eugenesia. Y esto ayuda a entender la particular actitud de Alemania frente al desarrollo de esta ciencia y esta tecnología. Sin embargo, en Estados Unidos, la lección que aprendieron los biólogos fue muy distinta, éstos se fijaron en el ejemplo de la física y no querían que les sucediera lo mismo, no querían que surgiera un invento, como la bomba, que de pronto revelara una serie de riesgos que la gente jamás había asociado con su ciencia. Por lo tanto, los propios biólogos norteamericanos estaban muy interesados en participar en la regulación de la ciencia; y el objetivo de la famosa reunión que celebraron en 1975 los
Pero para mí este gesto fue algo muy distinto, para mí fue una verdadero ejemplo de responsabilidad social, y no deberíamos subestimar esta voluntad de cumplir con su deber social de la que hicieron alarde estos biólogos cuando participaron en la regulación de su disciplina. No obstante, no pensaron lo suficiente en las cuestiones que mencionabas al principio, porque en ese momento, los riesgos que preveían los biólogos moleculares eran riesgos físicos y, en cierta medida, riesgos medioambientales y de seguridad, pero no tuvieron en cuenta implicaciones más profundas sobre el tipo de relación que deseamos tener con la naturaleza, estas cuestiones no surgieron hasta más tarde.
EDUARD PUNSET:
De tipo genético, sobre la manipulación de la vida, ¿no?
SHEILA JASANOFF:
Sí.
biólogos moleculares en Sylmar, California, fue mostrar al mundo entero que eran capaces de controlar su ciencia.
Bloque 3
EDUARD PUNSET:
¿Por qué ha sido tan difícil convencer al público de la inocencia de los transgénicos desde un punto de vista científico? ¿O por qué fue tan fácil para Greenpeace, por ejemplo, oponerse? Quiero decir, hay alguna razón oculta para ello?
SHEILA JASANOFF:
Empezaré con el término que has empleado: inocente. Pero, ¿inocente de qué? Los científicos sólo pueden hablar de una inocencia muy limitada, sólo pueden decir: "mirad, este ingrediente es exactamente igual que el ingrediente de origen natural, así que en el cuerpo no va a actuar de un modo distinto". Pero no pueden hablar, por ejemplo, de la inocencia social. Si tomamos el caso de las cosechas transgénicas, éstas se introdujeron muy rápidamente y con gran éxito en el mercado agrícola de Estados Unidos, pero la producción agrícola norteamericana es muy especial, no es comparable a la forma en la que los países europeos y del resto del mundo organizan su agricultura. En Estados Unidos se sigue una política agrícola de tipo industrial, con grandes explotaciones y sin apenas granjas familiares. Todos nuestros cereales se cultivan con gran eficacia en enormes zonas de cultivo. Por lo tanto, se está intentando transferir una tecnología desarrollada para este entorno a un entorno socialmente estructurado de una manera muy distinta. Además, la percepción científica de la inocencia se basa en una sola dimensión, en el hecho de si nos podemos envenenar si comemos estos productos …
EDUARD PUNSET:
Exactamente.
SHEILA JASANOFF:
Pero esta tecnología no es inocente socialmente ni tampoco -y esto es importante- medioambientalmente, porque realmente se desconocen las consecuencias medioambientales a largo plazo de introducir todas estas especies transgénicas, y se desconocen las implicaciones de desarrollar monocultivos, es decir, formas uniformes de plantas que sustituyen a la diversidad natural. Así que no estoy muy de acuerdo con la idea de que esté demostrada la inocencia de la biotecnología. Creo que las personas tienen ideas distintas de los que es dañino y de lo que es inocuo. Y los científicos, como cultura, tienen sus propias ideas de lo que es dañino. Nadie quiere realizar investigaciones de tipo dañino, pero los científicos tampoco están bien posicionados para entender las preocupaciones éticas, sociales y económicas de la población. De hecho, cuando en Estados Unidos se comenzaron a regular las cuestiones medioambientales en los años setenta, se hizo con la mejor de las intenciones, pero lo que se estudiaron fueron los riesgos para la salud y la seguridad humana y, en segundo término, el medio ambiente. En Estados Unidos nunca hemos sido muy buenos a la hora de tener en cuenta los riesgos económicos y sociales. No tenemos buenos métodos para estudiar estas cosas, y nunca hemos desarrollado técnicas para estudiarlas de una forma creíble.
Otro término muy importante que cabe mencionar en este contexto es el de la confianza.
Son muchas las personas que creen que se ha violado muchas veces su confianza y, por lo tanto, buscan sistemas que les devuelvan esta confianza. Y no basta con que los científicos digan: "fiadnos de nosotros, esto es seguro", el público busca un compromiso más activo en este proceso de desarrollo de la confianza.
Bloque 4
EDUARD PUNSET:
Las personas siempre han tenido miedo al ejercicio del poder, al terrible impacto del ejercicio del poder sobre las personas. Pero, ahora, a este enorme poder de intimidación, de coacción, se le añade la credibilidad y el poder de la ciencia propiamente dicha. Es decir, si ambos se fusionan, y el estado, la ciencia y la tecnología se convierten en
SHEILA JASANOFF:
Estás expresando un verdadero motivo de preocupación. De hecho, existe un amplio terreno de colaboración entre el estado y la ciencia y la tecnología que nunca ha sido transparente, y es el campo de las tecnologías de defensa y de la guerra. No existe ningún país en que el público tenga un acceso transparente a lo que hace el estado. Y, en retrospectiva, desde el final de la guerra fría, estamos planteando todo tipo de preguntas sobre por qué se permitió que la energía nuclear, quiero decir el armamento nuclear, fuera tan importante, quién movía los hilos, quién decidía cuántas armas se necesitaban y por qué crecía el tamaño de los arsenales de armas sin implicación alguna del público general. Incluso en el campo en el que yo trabajo, en la regulación del medio ambiente, además de permitir que creciera el arsenal nuclear, en este país permitimos que los laboratorios de armas no cumplieran la normativa medioambiental, e incluso hoy en día existen grandes áreas de agua y suelo contaminados que nunca han estado abiertas a una inspección pública, y es posible que las consecuencias epidemiológicas y sobre la salud de las poblaciones de esas zonas nunca se estudie correctamente. Y a mí me preocupa enormemente el hecho de que
el poder, sería un poder muy importante, y me pregunto si alguien podrá hacer que sea un poder transparente que respete los valores y … actualmente nos encontremos en un período de guerra global, según explica el presidente Bush, porque la guerra siempre ha promovido el poder combinado de la ciencia y el estado y, hoy en día, las nuevas ciencias, la biología y la información, además de la física y la química, están al servicio de esta guerra global, este terrorismo global. Hay días que lo veo todo negro y me preocupa si será posible tener una participación democrática en todo este tipo de cuestiones, o si nos vamos a convertir en las sociedades más observadas de la Tierra. Dentro de 50 años, ¿seguiremos teniendo la misma sensación de libertad y autonomía personales? ¿Podremos evitar que se vigile todo lo que hacemos? De hecho, cada vez que hago una búsqueda en google, la información se almacena en algún lado y, si alguien quisiera, podría descubrir mi identidad, mi perfil y mis intereses simplemente recopilando toda esa información. Realmente estamos viviendo un período que da miedo desde el punto de vista de la democracia y de la autonomía y la capacidad de elección individual.
Bloque 5
EDUARD PUNSET:
Me da la impresión, aunque podría estar totalmente equivocado, de que, al final, la política ha moldeado la forma en la que funciona la bioética, y no al revés. ¿Estás de acuerdo? Quiero decir, toda esta eclosión de comités bioéticos que aparecen por todas partes, en hospitales, y otros lugares, ¿están moldeados según el poder de la política o realmente representan –aunque lo dudo- la voz de los ciudadanos? Ya sabes, a veces son voces muy exclusivas y …
SHEILA JASANOFF:
Estoy totalmente de acuerdo contigo, y es irónico, porque se supone que, en principio, la bioética debería ser el campo que reflejara el sistema de valores de las personas …
EDUARD PUNSET:
Así es.
SHEILA JASANOFF:
Y que dichos valores se reflejaran en decisiones, pero si nos fijamos en dicha eclosión, podemos observar que la bioética surge para cubrir una serie de necesidades políticas. Ahora los gobiernos son muy conscientes de que los políticos pueden correr peligro si hacen cosas que el público considera en contra de sus valores morales, y es por ello que han creado estos comités de bioética. Y también lo ha hecho la industria, porque algunos de los comités bioéticos más activos hoy en día son comités industriales.
No obstante, no quisiera darte la impresión de que sólo tengo una visión negativa de la bioética…
EDUARD PUNSET:
No, no…
SHEILA JASANOFF:
Porque es muy importante para nuestras sociedades desarrollar un lenguaje, o una serie de lenguajes, que nos permitan hablar de estos temas. Durante mucho tiempo se ha dicho que la ciencia se basa en los hechos y la política en los valores, así que éste sería un lenguaje intermedio que nos permitiría hablar de los valores de la ciencia.
EDUARD PUNSET:
Sí, eso es algo que nadie ha hecho.
SHEILA JASANOFF:
Nunca se ha prestado atención a esto y, aunque sienta cierto escepticismo de que el campo de la bioética pueda cubrir todo este terreno, es obviamente muy importante encontrar formas sistemáticas de hablar de
Por lo tanto, para mí, la relación entre la bioética y la voz de los ciudadanos es bastante variable. En Estados Unidos, por ejemplo, si nos fijamos en las personas que el presidente Clinton nombró para su comité de bioética, vemos que sus orientaciones son muy distintas de las de las personas que el presidente George Bush ha incluido en su comité de bioética, sobre todo en temas tales como el aborto y la investigación de las células madre embrionarias. Por consiguiente, la política ejerce una gran influencia sobre las voces elegidas para representar a la voz de la bioética. estos temas y, por lo tanto, creo que un buen comité o foro bioético –yo prefiero hablar de foros-, podría ayudar a las personas a articular sus posiciones, a diferenciarse entre sí… |
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