GEORGE RITZER · ESTUDIA LA MACDONALIZACIÓN DE LA SOCIEDAD
"El consumismo endeuda a los estadounidenses"
66 años. Nací en Nueva York y vivo en Washington. Casado, 2 hijos y 3 nietos. Licenciado en Psicología y doctor en Comportamiento y Relaciones Laborales e Industriales. Profesor de la Universidad de Maryland. No me gusta la política del consumo. Daré una conferencia en el simposio que organiza Intelligent Coast en julio
IMA SANCHÍS
- No le gustan las hamburguesas?
- No me gusta la macdonalización de la sociedad, la homogeneidad mundial que crean 30.000 McDonald´s repartidos por el mundo y todas sus copias (Starbucks, Dunkin Donuts´, Burger King...). Pero lo más importante no es eso.
- Me lo temía.
- El modelo McDonald´s se basa en una estructura de funcionamiento que ha influenciado nuestra manera de pensar.
- ¿Y cuáles son sus principios?
- La eficiencia; la previsibilidad, es decir, que en cualquier parte del mundo sabes qué comerás; ofrecer cantidad a bajo precio, poniendo la atención en la cantidad en lugar de la calidad, y el control.
- ¿Qué tipo de control?
- A través de la tecnología controlan tanto a sus empleados como a los consumidores. La silla de McDonald´s es un famoso ejemplo: intencionadamente incómoda, está diseñada para que la gente no aguante sentada en ella más de 20 minutos. Pero para mí lo esencial es la irracionalidad de la racionalidad.
- ¿?
- Son productos que crean problemas de salud a gran escala y dañan el medio ambiente.
- Vayamos más allá.
- El consumo ha devenido un elemento crucial de la cultura de masas. Las compañías de este tipo crecen de manera exponencial y se han convertido en el corazón del desarrollo del capitalismo.
- Modelo que ha conquistado el mundo.
- Las compañías necesitan expandirse, crear en todo el mundo hambre de consumir.
- ¿Ustedes, en Estados Unidos, han llegado ya al punto de saturación?
- Dos días después del atentado del 11-S, el alcalde de Nueva York pidió por televisión que la gente saliera de tiendas, y al día siguiente lo hizo Bush. La economía de Estados Unidos se basa en el consumo.
- ¿Qué ha sido de lo auténtico?
- Ha sido reemplazado por la copia. Vivimos en un mundo simulado y la gente prefiere la copia a lo auténtico.
- Exagera.
- Uno de los viajes más populares en Estados Unidos con diferencia es a Las Vegas, donde lo que se visita son reproducciones de París, Venecia... A pocos kilómetros está el valle de la Muerte, un desierto que es emblema de Estados Unidos, pero nadie lo visita porque no hay nada que consumir.
- ¿Por qué nos atrapa ese mundo?
- Hay una enorme cantidad de dinero invertido en la catedral del consumo. Nos han convencido.
- ¿De qué?
- De que la felicidad la da el consumo. Pero es una falsa promesa. Todos sabemos que no recibimos del producto (coche, vestido o crucero) la gratificación tan esperada.
- Entonces, ¿por qué seguimos comprando?
- La trampa es la alimentación del deseo. Creemos que la próxima compra sí nos acercará a la felicidad, ése es el mecanismo.
- ¿El sistema no llegará a colapsarse?
- Tenderá a expandirse más y más a nivel global. A McDonald´s todavía le quedan 300 países en el mundo vírgenes. Pronto podremos comer lo mismo en absolutamente todos los rincones del mundo, ver la misma arquitectura y la misma forma de vestir.
- ¡Qué alegría!
- Pero lo más preocupante es que las estructuras de funcionamiento del consumo están calando a fondo a nivel individual.
- Me está asustando.
- Mi último estudio versa sobre cómo la subcontratación de productos está permeando en la vida personal y cómo se dispara su crecimiento. Ya es habitual en Estados Unidos subcontratar servicios que organicen tu boda, eduquen y paseen a tu perro, cuiden tu mente, te asesoren en imagen personal y relaciones, te ordenen los armarios, y se encarguen del ocio y las carencias de tus hijos.
- ¿Adónde nos puede llevar todo esto?
- Al vacío. Esa manera de subcontratar servicios para que nos resuelvan la vida resulta muy atractivo porque nos permite dedicarnos a otras cosas que nos parecen más importantes, pero al final, ¿qué es más importante que ocuparte de ti mismo y de los tuyos?
- ¡!
- Me temo que este vacío nos dejará cada vez más vacíos y sin capacidad para darnos cuenta de hasta qué punto estamos controlados y dirigidos.
- Este sistema crea seres humanos dependientes, ansiosos y violentos. ¿Le es útil al capitalismo o es un efecto colateral?
- Vivimos en la cultura del miedo; miedo de no estar a la altura del resto de los consumidores, así que tendemos a consumir más. Es una cadena: el miedo provoca ansiedad y necesidad, pero el mercado siempre propone soluciones, tenemos todo tipo de fármacos.
- ¿Estamos ante la globalización de nada?
- Sí, productos que nos definen y que se crean en un centro lejano, que son controlados por informes estadísticos sobre las necesidades de los consumidores e idénticos en todas partes. Nada es Coca-Cola, McDonald´s y también bolsos de Gucci o gafas Chanel, que son formas de nada muy caras.
-... Mientras las tarjetas de crédito den.
- La estrategia básica del capitalismo del consumo es hacerte gastar todo tu sueldo. En EE. UU. el promedio de ahorro es de 0%,
- El sistema quiere endeudados, ¿por qué?
- Para que la economía crezca más y más se requiere que tú entres en débito más y más, un sistema tan inestable como un castillo de naipes. En EE. UU. la deuda por tarjeta de crédito, gastos de compras, ha superado a la de vivienda o coche.
CONSUMIDOS
Estudia esa incomodidad que provoca la globalización de esas grandes compañías que controlan a la sociedad de masas a través del consumo. Te vas de vacaciones a un lugar exótico y ahí está McDonald´s, idéntico a sí mismo, como cada vez más lo son los aeropuertos, la forma de vestir e incluso de relacionarse. A esto Ritzer lo llama la globalización de nada. "En contraposición, ´algo´ es un concepto ligado a una realidad local con control local y permeabilidad con el entorno." En ´La McDonalización de la sociedad´, traducido a 17 lenguas, propone globalizar conceptos como el ´slow food´. Y me advierte del uso de las tarjetas de crédito: "La deuda es una forma de tenernos controlados muchos años". El consumismo nos consume como una enfermedad.