El Gran Maestro y el Guardián
se dividían la administración
de un Monasterio Zen.
Cierto día, el Guardián murió
y fue preciso substituirlo.
El Gran Maestro reunió
a todos los discípulos
para escoger quién tendría
la honra de trabajar
directamente a su lado.
Voy a presentarles un problema,
dijo el Gran Maestro,
y aquél que lo resuelva primero,
será el nuevo guardián del Templo.
Terminado su corto discurso,
colocó un banquillo en el centro
de la sala;
encima estaba un florero
de porcelana seguramente carísimo,
con una rosa roja que lo decoraba.
Éste es el problema,
dice el Gran Maestro;
- resuélvanlo -.
Los discípulos contemplaron
perplejos
el "problema",
por lo que veían los diseños sofisticados
y raros de la porcelana,
la frescura y la elegancia de la flor.
¿Qué representaba aquello?
¿Qué hacer?
¿Cuál sería el enigma?
Pasó el tiempo sin que nadie atinase
a hacer nada
salvo contemplar el "problema",
hasta que uno de los discípulos se levantó,
miró al Maestro y a los alumnos,
caminó resolutamente hasta el florero
y lo tiró al suelo, destruyéndolo.
- ¡Al fin alguien que lo hizo!
- exclamó el Gran Maestro -
¡Empezaba a dudar de la formación
que les hemos dado
en todos estos años!.
Usted es el nuevo guardián.
Al volver a su lugar el alumno,
el Gran Maestro explicó: -
Yo fui bien claro:
dije que ustedes estaban
delante de un "problema".
No importa cuán bello y fascinante
sea un problema,
tiene que ser eliminado.
Un problema es un problema;
puede ser un florero de porcelana
muy caro,
un lindo amor que ya no tiene sentido,
un camino que precisa ser abandonado,
por más que insistimos en recorrerlo
porque nos trae confort...
"Solo existe una manera
de lidiar con un problema":
atacándolo de frente.
En esas horas,
no se puede ser tentado por
el lado fascinante
que cualquier conflicto acarrea consigo.
Recuerda que un problema,
es un problema.
No tiene caso tratar de "acomodarlo"
y darle vueltas,
si al fin y al cabo ya no es otra cosa
más que "UN PROBLEMA".
Déjalo, hazlo a un lado y continúa
disfrutando de lo hermoso
y lo que vale la pena en la vida.
¡No huyas de él... acaba con él!.