Escucha tu propio silencio
Una forma de meditación consiste en escucharte profundamente. Encuentra un tiempo y un lugar para sentarte tranquila y en silencio unos veinte minutos. Permite que tus oídos se abran y se relajen. Intenta captar el sonido más leve que seas capaz de escuchar, puede ser la ropa que está en la lavadora. Sigue escuchando, oye la electricidad a través de sus cables. Continúa y escucha el latido de tu propio corazón. Sigue escuchando.