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MEDITATION: PESADILLA EN NAVIDAD
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De: ESKARLATA  (Mensaje original) Enviado: 22/07/2009 17:14
Hay personas que aborrecen la época navideña y con gusto arrancarían de su calendario la última hoja, todo con tal de saltarse el alboroto de actividades y emociones asociadas a las fiestas de diciembre. No pueden evitar que las mismas sean motivo de tensión, ansiedad, nostalgia o incomodidad. Es una temporada que las entristece porque las remite a épocas pasadas que compartieron con seres queridos que ya no están a su lado. También puede que les desagrade verse forzadas a relacionarse con personas con las que no se llevan bien, detestan la nota consumista de los regalos obligados o les fastidian los compromisos sociales inevitables que les exigen aparentar un bienestar que distan mucho de sentir.

No cabe duda de que las fiestas decembrinas exacerban nuestro estado de ánimo y ponen el acento en las áreas de nuestra vida con las que no estamos contentas. El inminente cierre de año nos pone frente al necesario balance entre los éxitos logrados y los fracasos obtenidos, la revisión de nuestras relaciones con la familia y la pareja. Se evidencian los problemas económicos, los recuerdos dolorosos, el sentimiento de soledad... Cuando nuestro ánimo no se corresponde con el ambiente festivo que prevalece a nuestro alrededor, nos sentimos fuera de lugar, distanciadas, actuando como robots para acoplarnos a las exigencias. Esto nos hace sentir peor, más deprimidas y solas.

Necesitamos negociar, primero con nosotras mismas, luego con las personas de nuestro entorno más cercano, porque no se trata de aguarles la fiesta a quienes sí quieren disfrutarlas. Si nos resulta imposible sustraernos del jolgorio –por ejemplo, yéndonos de viaje a un rincón apartado– tratemos de buscar alternativas que puedan conciliar nuestras necesidades con las de los demás.

En la misma ciudad donde vivimos podemos realizar actividades diferentes a las que forman parte de nuestra rutina. Aunque nos parezca imposible, aún quedan sitios interesantes que no conocemos porque no están dentro del área que frecuentamos. Igualmente, pode-mos limitar los compromisos de regalos y reuniones al mínimo indispensable.

Dar el primer paso nos permitirá comprobar que otras personas desean hacer lo mismo, pero no se atreven. Podemos sacar provecho del tiempo que nos queda libre para darnos un gusto personal: un masaje, encerrarnos a escuchar música, sumergirnos en la bañera o ducharnos concienzudamente (sal para exfoliarnos y una mezcla de avena, aceite de oliva y miel, hacen verdaderos milagros). También podría ser el momento para explorar aficiones que nos resulten del todo novedosas, y así tal vez entendamos qué lleva a otros a "enfiebrarse" con crucigramas, manualidades, jardinería, montañismo... Sigan ustedes la lista de cosas que pueden amenizar los momentos libres que tenemos.

Eludirnos por completo de la algarabía navideña es tarea imposible, y amargarle la fiesta a los demás, sólo porque a nosotras no nos da nota, empeora las cosas.

Nos toca elegir. Negociemos.
 
 
exmas1.jpg picture by ninielsan


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