*Las palabras elegantes no son sinceras; las palabras sinceras no son elegantes.
*Con buenas palabras se puede negociar, pero para engrandecerse se requieren buenas obras.
*El sabio no enseña con palabras, sino con actos.
*No vayas contra lo que es justo para conseguir el elogio de los demás.
*El que sabe no habla, el que habla no sabe.
*El que domina a los otros es fuerte; el que se domina a sí mismo es poderoso.
*Saber que no se sabe, eso es humildad. Pensar que uno sabe lo que no sabe, eso es enfermedad.
*Si das pescado a un hombre hambriento, le nutres una jornada. Si le enseñas a pescar, le nutrirás toda la vida.
*Un viaje de mil millas comienza con el primer paso.
*Observa todo lo blanco que hay en torno tuyo, pero recuerda todo lo negro que existe.
*Diferentes en la vida, los hombres son semejantes en la muerte.
*La perfección del que imparte órdenes es ser pacífico; del que combate, carecer de cólera; del que quiere vencer, no luchar; del que se sirve de los hombres, ponerse por debajo de ellos.
*El hombre corriente, cuando emprende una cosa, la echa a perder por tener prisa en terminarla.
*Lo que le da su valor a una taza de barro es el espacio vacío que hay entre sus paredes.
*La manera de hacer es ser.
*La excelencia de un gobierno no se juzga por su orden.
*Gobierna mejor quien gobierna menos.
*El valor de un acto se juzga por su oportunidad.
*Todo lo difícil debe intentarse mientras es fácil.
*Si practicas la equidad, aunque mueras no perecerás.
*Si no puedes avanzar una pulgada, retrocede un pie.
*Poca fe se otorga a los que tienen poca fe.
*El que todo lo juzga fácil encontrará la vida difícil.
*Dios no recibe respuestas con palabras.
*El que está satisfecho con su parte es rico.
CAPÍTULO XI
(TAO TE KING)
Treinta radios convergen en el centro
de una rueda,
pero es su vacío
lo que hace útil al carro.
Se moldea la arcilla para hacer la vasija,
pero de su vacío
depende el uso de la vasija.
Se abren puertas y ventanas
en los muros de una casa,
y es el vacío
lo que permite habitaría.
En el ser centramos nuestro interés,
pero del no-ser depende la utilidad
El espacio entre Cielo y Tierra, ¿acaso no es semejante a un fuelle o a la bolsa de aire de una flauta?Vacío, pero no se desinfla.
Cuanto más se mueve, más produce.
天地之間,其猶橐籥乎?
虛而不屈,動而愈出。
Mi humilde comentario: El vacío llena todos los rincones del Cosmos. De ese vacío misterioso todo surge y en él todo se disuelve.
Me parece que el concepto que expresa aquí el maestro Lao es similar al que sostiene hoy en día la física cuántica. Veamos:
Toda la materia se reduce a átomos, los cuales a su vez están constituidos por partículas subatómicas (protones, neutrones, electrones, etc.). Estas partículas son sumamente pequeñísimas, y entre las que componen el núcleo (protones y neutrones) y las que orbitan vertiginosamente alrededor (electrones) hay un espacio o vacío enorme en comparación con las mismas partículas.
Ahora, si consideramos que estas partículas ni siquiera son sólidas, sino que, más bien, son especies de “paquetes” de energía o vibraciones (para la física cuántica las partículas son ondas al mismo tiempo, y hasta hablan de “ondículas”), tenemos que realmente no hay solidez alguna. Todo es energía. Energía surgida de un vacío que vibra, y esas vibraciones forman el mundo.
Entre el Cielo (+) y la Tierra (-), entre el Yang (+) y el Yin (-), entre el Protón (+) y el Electrón (-), sólo hay vacío que nunca se agota y en su movimiento (vibraciones), a semejanza del aire dentro de un fuelle o de una flauta, crea las “diez mil cosas” (el mundo). Entre más vibra, más produce: Como el mar que, cuando se agita, “crea” olas…
Quien habla más, menos le comprende.
Es mejor mantenerse en el centro.
多言數窮,不如守中。
Mi humilde comentario: El Tao no puede ser captado a través del discurso teórico. Decía el maestro Lao que «el Tao que puede ser expresado no es el verdadero Tao», y el maestro Chuang afirmaba que «si alguien pregunta sobre el Tao y otro le responde, ninguno de ellos lo conoce».
Cielo-y-Tierra no anda con sentimentalismos, considera las diez mil cosas como perros de paja. El sabio no anda con sentimentalismos, considera a las cien familias como perros de paja.
天地不仁,以萬物為芻狗;
聖人不仁,以百姓為芻狗。
Mi humilde comentario: El binomio “Cielo-y-Tierra” (天地 = Tian-Di o T’ien-Ti) es la representación del Universo. Las expresión “diez mil cosas” (萬物 = Wan Wu) simboliza todo lo existente, y la de “cien familias” (百姓 = Bai Xing) es una forma de decir “toda la gente”.
Los “perros de paja” se empleaban en la antigua China como elementos ceremoniales en rituales religiosos. Eran usados en purificaciones y en entierros para absorber las influencias maléficas, y después eran incinerados.
El Universo carece de sentimientos humanos de benevolencia, por eso es inexorable, implacable e imparcial con todo lo que existe. El Universo tiene sus leyes, y favorece a quien armoniza con ellas y destruye a quien las infringe.
El sabio taoísta no se apega ni tampoco siente lástima por sí mismo ni por nadie más, ya que sabe que tanto las cosas como las personas son formas transitorias (tales como los “perros de paja” que terminan consumidos por el fuego del cambio). Sin embargo, su sobreabundancia de energía (c’hi) lo impulsa a ser muy humanitario –me explico: su motivación humanitaria no deriva de sentimentalismos afeminados, sino de una superabundancia de fuerza interna–.
Esta entrada fue publicada el 29 Septiembre, 2007 en 9:09 am y esta archivado en Filosofía Oriental, General, Tao, Tao-Te-Ching, Taoísmo