Una joven que estaba misionera en la India se encontró
con un misionero de otra iglesia, quien le dijo
"Usted puede ser una buena mujer, pero jamás será
una buena cristiana ni misionera, porque está aquí
hace mucho tiempo y habla solamente inglés.
La joven respondió: "Lamentablemente no tengo tiempo
para aprender ninguno, porque me mudo de un lugar a
otro frecuentemente.
Sin embargo, en realidad hablo cinco idiomas".
El hombre se sorprendió y le preguntó: "¿Cuáles son?"
Ella respondió:
"PRIMERO, LA SONRISA;
SEGUNDO, LA LÁGRIMA;
TERCERO, EL ABRAZO;
CUARTO, LA ORACIÓN;
Y POR ÚLTIMO,
EL AMOR.
CON ESOS CINCO IDIOMAS ESTOY
VIAJANDO POR EL MUNDO".
Y explicó:
La SONRISA enriquece a quien la recibe, sin empobrecer
a quien la ofrece; muestra nuestra alegría al encuentro
de los demás y señala también nuestra satisfacción con su éxito
Muy frecuentemente, las LÁGRIMAS son la última
sonrisa del amor. Son la sangre del alma por quienes
compartimos con los demás su dolor y su sufrimiento.
El ABRAZO puede romper la barrera del idioma,
es una forma que nos permite compartir tanto
alegrías como los momentos tristes que se nos presentan,
es el modo más simple que tenemos de decir
que nos preocupamos por el otro.
La ORACION es elevar a la persona en nuestro corazón
hacia nuestro Dios. Rezar para los demás es dar su
propia vida en su favor, porque la vida de mi hermano es mi vida.
El AMOR es la corona de todos los idiomas...
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