EL ARTE DE VIVIR
"Siempre corriendo, siempre buscando atajos para llegar más rápido...Tal vez estés enfermo de la prisa y no te hayas dado cuenta"
Hace unos días, encontré una frase que me hizo sonreír:
"Si queremos vivir más profundamente… tenemos que vivir más despacio".
Me impacto, y pensé en su profundo significado, me pareció tan especial, que la copie en mi libreta y la compartí con todo el que se acerco a mí, ese día.
Estoy segura de que algunos no entendieron el significado liberador que tiene y que fueron pocos los que verdaderamente se dejaron iluminar con ella;
y ¿sabes por qué?
Porque simplemente nos recuerda que la velocidad y la prisa que envuelven nuestros días, hace que corramos de un lado a otro, sin que prestemos verdadera atención a lo que hacemos, y a todo lo que ocurre a nuestro alrededor, perdiéndonos el valor, el significado y la importancia que tienen para nosotros.
Así que ese día, yo, me propuse bajar mi velocidad y comenzar a observar atentamente a las personas con las que hablaba para escucharlas y verlas con los ojos del alma
Cuántas veces hemos leído o escuchado alguna frase que nos recuerde la importancia de vivir atentos a lo que sucede en el presente… y es que conocemos muy bien la teoría, pero la práctica se nos hace un tanto difícil.
Siempre estamos distraídos, generalmente vamos camino a la oficina, o de regreso a casa, pensando en todo lo que tenemos que hacer, tratando de aprovechar el tiempo, como si de esta manera pudiéramos ser, mas eficientes. Pero, lo cierto es que mientras realizamos esta especie de ritual mental, nos perdemos el paisaje y el entorno que acompaña nuestro recorrido, la conversación o la expresión de la cara de nuestros hijos o de la pareja que nos acompaña y que insiste en comunicarse con nosotros; el amigo que entusiasta nos saluda y que no vemos, el atardecer
Y lo mismo nos sucede el resto del día, o de la vida… Vivimos ensimismados en nuestros problemas, pendientes y preocupaciones, como si esto nos permitiera resolverlos con más facilidad y eficiencia para disponernos entonces al fin, a vivir como queremos
¿A dónde vas con tanta prisa? Hoy seguramente te levantaste una vez más, tarde, acelerado sin tiempo para disfrutar de la luz de un día claro y despejado, sin tiempo para tomarte un buen desayuno o para conversar unos minutos con tu pareja. Siempre corriendo, siempre buscando atajos para llegar más rápido… Tal vez estés enfermo de la prisa y no te hayas dado cuenta
HAZ UN ALTO EN EL CAMINO Y EMPIEZA POR:
Soltar el acelerador: Deja de correr… Detente y mira a los lados, describe mentalmente el lugar donde te encuentras, observa el paisaje con calma, y colócale calificativos como frondoso, bello, majestuoso, verde intenso, azul profundo, infinito, relajante; si estás acompañado observa su rostro, su expresión, escucha lo que te dice, sin pensar, sin objetar, sin prejuicios, abre tu mente; y si estás solo, reconoce tus pensamientos, sonríe, respira suavemente, tranquilízate y disfruta el momento
Ser paciente. No por más madrugar amanece más temprano, todo tiene su tiempo y su espacio. Muchas personas fracasan a causa de su incapacidad para esperar. Recuerda que las grandes cosas se logran dando un paso a la vez y siendo perseverantes
Aprende a vivir con más calma. Esto no significa quedarse quieto, implica tomarte el tiempo necesario para decidir y actuar siempre de la mejor manera. Cuando sientas que la prisa te toma, di mentalmente: ¡Ve más despacio y vive mucho más
ESTE MES no olvides :
Recuerda que la presencia de lo sagrado en tu vida, es el lugar a salvo donde puedes refugiarte cada vez que los necesitas
1 BAJAR LA VELOCIDAD A TUS DíAS
Proponte hacer las cosas con más calma y atención. Reduce tu lista de pendientes, y ajústala de acuerdo a la prioridad que tiene cada uno, a tu capacidad para cumplir con ellos y al tiempo real. Vive cada día como si fuese el último, el más importante y el más especial, tomando y resaltando lo mejor de cada momento
2 REALIZAR PEQUEñOS ACTOS DE BONDAD
Son muchas las pequeñas cosas que podemos hacer para suavizar la vida de alguien, dejarnos llevar por el impulso que sentimos al solidarizarnos con otra persona, puede llevarnos a hacer la diferencia. Por ejemplo: En lugar de ignorar a la persona que está pidiendo a la salida de un sitio de comida, cómprale algo. Cede tu lugar en la fila a una persona que tenga más prisa o necesidad que tu. Visita a esa persona que sabes que está sola o enferma
3 CAMBIAR UN HÁBITO NEGATIVO
Muchas veces, nos es más fácil decirle a otro que tiene un hábito negativo que debe superar, que reconocer que nosotros también tenemos que cambiar alguno. Toma la decisión de hacerlo y busca los recursos y el apoyo que necesitas para lograrlo. Asume el compromiso de sacar de tu vida personal, todo lo que te haga daño y quiérete lo suficiente, como para tener el valor, la voluntad y la determinación de transformar tu vida
4 CONECTAR
Guarda siempre un momento para la reflexión o la meditación. Recuerda que la presencia de lo sagrado en tu vida, es el lugar a salvo donde puedes refugiarte cada vez que lo necesitas. Evita conectarte con su presencia sólo en los momentos de necesidad o de dificultad, hazlo también para reconocer o agradecer algún momento especial o un regalo esencial
5 PLANIFICAR UNA TARDE FAMILIAR
Organiza con mucha creatividad una tarde llena de actividades divertidas y relajantes para compartir en familia. Recuerda consultar con tus personas queridas para saber cuáles actividades disfrutan más, e invítalos a participar en la organización. No necesitas gastar mucho dinero, sólo tener entusiasmo y motivación para contagiar a los otros.
6 SEMBRAR UN ARBOL
Sabías que un árbol puede absorber una tonelada de dióxido de carbono en toda su vida y que además produce oxígeno suficiente para una familia de cuatro personas durante doce meses. Invita a tus amigos y familiares a plantar un árbol con la asesoría necesaria. Es esencial que sigas las indicaciones de los expertos y siembres especies de árboles tomando en cuenta, las condiciones del suelo y el clima local.