Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

AMNESIA la burbuja de ESKARLATA
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 DEBATE 
 
 
  Herramientas
 
General: BENDITO EGOISMO
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: marieclipse  (Mensaje original) Enviado: 14/11/2009 22:04

Bendito egoísmo

Isabel Menéndez

Bendito egoísmo

Autor: M. NIEBLA

El egoísmo tiene mala prensa, sobre todo en las mujeres, a quienes se ha educado mirando hacia los otros, para cuidarles y para criarles. Ahora bien, ¿se puede cuidar a otro sin haber aprendido a cuidarse a una misma? Probablemente sí, pero se hará sin placer y, cuando las tareas que realizamos las hacemos sin placer, las relaciones humanas se vuelven grises.

Egoísmo viene del pronombre personal latino “ego”, que significa yo. Y no sólo es bueno, sino que es necesario para alcanzar un cierto grado de salud mental. Desde el punto de vista de la psicología, llamamos egoísmo a lo relacionado con nuestro yo y narcisismo, al grado de amor o desamor que sentimos hacia nosotros mismos.

Valorarse una misma

Nuestro psiquismo se compone de otras instancias de las que no somos conscientes. Las relacionadas, por ejemplo, con el mundo pulsional y los valores culturales, que actúan sobre nosotros sin que nos demos cuenta. De todo lo que somos, el yo es la parte consciente de nuestra identidad. Si no nos conocemos y nos valoramos, ¿es posible sentirse bien con uno mismo y con los demás? ¿dónde aprendemos a querernos? En la infancia y dentro de la familia nos enseñan a responder a lo que se espera de nosotros y a que nuestros deseos sean respetados. Construimos una identidad con las expectativas familiares y culturales que se tienen de cada una y con la capacidad personal que adquirimos para adecuar lo que deseamos a lo que se espera de nosotros.

Aprende a ser tú

Sí, era una egoísta, pero ya no le importaba. Lola se había ido de viaje con unas amigas, dejando a su marido y a sus dos hijas en casa. Había llenado la nevera de comida y ahora se sentía muy bien. Siempre se había interesado por los otros, olvidándose de sí. Había intentado toda la vida adecuarse al modelo de mujer que su madre le pedía. “¡Lola, no seas tan egoísta!”, le recriminaba, algo que jamás hacía con su hermano. De mayor, su madre seguía igual y jamás le preguntaba si se cuidaba. Lola se había culpado de sus cambios de humor, pensando que eran producto de los sofocos de la menopausia. Curiosamente, desde que decidió viajar con las amigas y plantearse trabajar, los sofocos se aliviaron un poco. Había comenzado a pensar cómo quería ser y qué quería hacer. Por fin, había conseguido ser un poco egoísta.

Identidad propia

La aventura más grande que podemos vivir es la de tener conciencia de nuestro ser, lo que supone viajar por dentro de nosotros mismos y asumirnos con nuestros deseos, límites, contradicciones y carencias. Nuestro “yo” espera un reconocimiento por nuestra parte. Desde que nacemos, nos enfrentamos a una epopeya: la construcción de nuestra identidad, donde nuestro “yo” consciente se va diferenciando de nuestra madre, de nuestro padre y de los otros. Somos únicos e irremplazables, pero nos constituimos dentro de una amalgama de deseos que corresponden a otros. Descubrir los nuestros, saber quiénes somos y qué queremos constituye un proyecto vital que dura toda la vida. Quien no conoce su egoísmo, tiene dificultades para poner límites en su vida. Sólo si sabemos qué es lo que tiene que ver con nosotras y qué es lo que no, dónde acaba lo que deseamos y dónde comenzamos a actuar para los demás, podremos vivir con responsabilidad y hacernos cargo de nuestra existencia. Un grado de egoísmo es indispensable para la salud mental.

Claves

Si hemos conseguido llegar a un acuerdo con nosotros mismos y nos sentimos satisfechos, también nos sentiremos bien con los demás. Esto quiere decir que a lo largo de nuestro ciclo vital tenemos que alimentar lo que nos haga sentirnos bien, porque permite estar en una satisfactoria interrelación con los otros.

No hay que confundir cierto grado de egoísmo con el narcisismo extremo. Mientras el egoísmo tiene que ver con conocer lo que queremos para estar bien y cuidarnos, la persona narcisista muestra un excesivo amor por sí misma desde una posición infantil, que trata de cubrir carencias que se niega a reconocer.

Para querer a otro, hay que saber quererse. Para cuidar a otro, hay que saber cuidarse. La salud mental consiste precisamente en eso, en saber quererse, pero no sólo allí donde tenemos éxito, sino allí donde fallamos. Conviene quererse también en las debilidades y carencias.

EL YO

Según Freud, es una instancia psíquica que hace de mediadora entre nuestros instintos, pero también entre los imperativos de la moral y las exigencias de la realidad. Crece y se va formando a lo largo de toda la vida, en función de la experiencia, pero sus características principales se adquieren en los primeros años.



Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: ESKARLATA Enviado: 17/11/2009 00:02
Descubrir los nuestros, saber quiénes somos y qué queremos constituye un proyecto vital que dura toda la vida.
 
MUUUY INTERESANTE.
GRACIAS POR TU APORTE


 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados